Autor: Ivan

  • Hidratación y comidas frescas ante las altas temperaturas

    Con el verano llegan las altas temperaturas y con ello la necesidad de una buena hidratación del cuerpo para poder sobrellevarlas. Sobre la importancia de tener una alimentación saludable y hacer una buena hidratación frente a las altas temperaturas opinó el Dr. Juan Carlos Marcillo, médico generalista-clínico, especialista en obesidad.

    Es importante mantener hábitos saludables de alimentación, como alimentarse cada 4 horas (desayuno, colación de media mañana, almuerzo, colación de media tarde y cena). Las porciones se vuelven fundamentales sobre todo en el almuerzo y cena en donde debemos repartir adecuadamente cada grupo alimentario, dividiendo el plato común en 3 partes: el 50% del plato deben ser verduras sin almidones, el 25% carbohidratos de preferencia sin mezclarlos, y el 25% restante de proteína a elección.

    Por otro lado, es importante retomar la actividad física regular para mantener o recuperar un peso saludable. En este punto, hay que tomar en cuenta que la actividad física debe ser acorde al estado físico de cada persona, hay que tratar de no sobre esforzarse y si no se ha realizado actividad física en mucho tiempo, una caminata de 60 minutos, tres a cuatro días por semana, es una elección segura.

    Otro punto fundamental es la hidratación, en este caso es de suma importancia ya que las altas temperaturas y humedad que conlleva el verano, hacen que los cuerpos se deshidraten con mayor facilidad, por lo que la actividad física se debe realizar evitando las horas de intenso calor (12:00 a 16:00) además de considerar los siguientes puntos:

    * Hidratarse adecuadamente: ingerir agua al menos dos a tres litros repartidos durante día, tomando en cuenta que no es necesario sentir sed para hidratarse, ya que la sed es un síntoma que nuestro organismo genera para compensar el líquido perdido, sea en reposo o en actividad.

    * Hidratarse durante el ejercicio: al realizar actividad física se incrementan las pérdidas de líquido por la sudoración y más aún en el verano, por lo que es importante tener a mano una botella de agua que permita una hidratación continua.

    * Evitar bebidas alcohólicas: Durante el verano es común que surjan bebidas alcohólicas refrescantes como la sangría, cerveza o cócteles, sin embargo, hay que tener en cuenta que estas bebidas incrementan la deshidratación en nuestro cuerpo, por lo que es preferible evitarlas en los días más calurosos.

    Por último, es importante recalcar que el equilibrio entre alimentación, ejercicio e hidratación debe ser un hábito cotidiano, el cual permite disfrutar de las reuniones sociales o familiares, sin estar a la expectativa de que algún alimento va a influir en el peso, después de comerlo.

    Recuerden que no hay alimentos malos ni buenos, lo que existe son malos hábitos y buenos hábitos.

  • Agregar valor a la producción de alimentos orgánicos

    La Producción Orgánica que promueve el cuidado ambiental y respeta cinco principios relacionados con la conservación del suelo, el mantenimiento de la biodiversidad, el no uso de productos de síntesis química ni de organismos genéticamente modificados, asegura el bienestar animal y posee trazabilidad en todo el proceso. Al respecto opinaron Nicolás Apro y Nadina Cazaux de la Coordinación Programa Diversificación de la Producción Orgánica de INTI.

    El desarrollo sostenible es una de las prioridades políticas del presente siglo. Las personas, los hábitats y los sistemas económicos están interrelacionados. Considerar únicamente uno de ellos a la vez, genera errores de juicio y resultados “insostenibles”. El consumidor del Siglo XXI demanda señales claras sobre los alimentos los que pretende sean saludables. El consumo cada vez más responsable exige lo propio en los actores de la producción e industrialización.

    Para el empresariado de alimentos la visión estratégica de unir la alimentación saludable y la prevención de enfermedades crónicas con la protección del medio ambiente, llevados de la mano de la innovación, el desarrollo y la incorporación de tecnologías no reduccionistas, es de fundamental importancia.

    En este contexto los productos orgánicos no son una moda pasajera, cada día ganan más adeptos en el afán de cuidar su salud. Definir orgánico es hablar de un producto que proviene de una agricultura ecológica, que respeta la naturaleza y el medio ambiente, que tiene estrictas normas sobre el uso de herbicidas, pesticidas y fertilizantes, con la finalidad de que el producto sea lo más natural y sano posible.

    Argentina es el segundo país del mundo en lo que refiere a extensión territorial para la producción orgánica, en número de hectáreas ya implantadas, detrás de Australia; y posee 3,6 millones de hectáreas certificadas (un 7% más que en 2017). En este marco, se puede ganar mayor competitividad en la producción de alimentos orgánicos pero para ello es necesario fortalecer la calidad, la certificación de los productos y mejorar la logística de distribución.

    Nuestro país, es un exportador importante en el contexto mundial. Tiene una legislación competencia del SENASA como ente fiscalizador, que regula y resguarda la concepción de lo orgánico, a la vez que la producción está extendida a lo largo y ancho del país, con una enorme diversidad de productos. Los productores se encuentran agrupados en MAPO (Movimiento Argentino para la Producción Orgánica) quienes integran la Mesa Asesora para la Producción Orgánica del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación junto a los gobiernos provinciales, instituciones del conocimiento, científicas y tecnológicas a fin de viabilizar sus necesidades, recientemente plasmadas en un plan estratégico propio.

    El INTI, el organismo dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, ocupa un lugar preponderante en lo que al valor agregado a esta producción refiere. El programa “Diversificación de la Producción Orgánica” orienta sus esfuerzos a definir proyectos tecnológicos que logren un diferencial en los productos que actualmente elabora o produce el sector, de la mano de una asistencia técnica que luego permita concretar tal iniciativa.

    Es nuestra misión optimizar los procesos productivos en sintonía con los objetivos de desarrollo sostenible suscritos que implican que la tecnología, las reglamentaciones y los sistemas posibiliten adaptaciones, crecimiento y nuevos desarrollos con la misma agilidad que lo exige la demanda a nivel mundial y la urgencia que reclama el cuidado de nuestro planeta. Los productos orgánicos claramente no son moda, son una forma de consumo que refleja un estilo de vida.

  • En la lucha contra los trastornos alimentarios hay que estar pendiente de las redes sociales

    Conmemorar el Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) es importante para visibilizar la importancia de la prevención y detección precoz de este tipo de alteraciones alimentarias y huir de la estigmatización y el exceso de juicios sociales que, de forma frecuente, rodean a este tipo de enfermedades. Al respecto opinaron las Lic. en Nutrición de Agustina Murcho y Mara Fernández, ambas especializadas en el tema (@nutricion.ag).

    El 30 de noviembre es el Día Internacional de la lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) que se identifica bajo el símbolo de un lazo azul.

    A finales del año 2012 un grupo de administradoras de una cuenta de Facebook comenzó una campaña para apoyarse a sí mismas y a otros para concientizar sobre la lucha que atraviesan las personas que padecen trastornos de la conducta alimentaria.

    A esta iniciativa se sumaron otras páginas con características similares y decidieron que el 30 de noviembre sería ese día en apoyo y solidaridad a las personas que enfrentan estos trastornos, así como también a familiares y amigos.

    Argentina es el segundo país a nivel mundial con más casos de anorexia según un informe de Fundación La Casita. La lucha contra el sufrimiento de quienes los padecen pone de relieve la importancia de pedir ayuda como el primer paso para superar el problema.

    Los trastornos de la conducta alimentaria son alteraciones y desórdenes mentales que afectan a la ingesta y al peso de la persona que los padece. Entre los TCA más conocidos se encuentran la bulimia y la anorexia. A través de estas enfermedades se esconden dificultades psicológicas graves y complejas que repercuten en el funcionamiento normal de la vida diaria de la persona enferma.

    Los factores causantes de los trastornos de comportamiento alimentarios son una combinación de elementos psicológicos (influencias familiares y conflictos psíquicos) y sociales (influencias de sus pares y expectativas sociales). Afecta mayormente a mujeres, con una proporción de 9 mujeres por 1 hombre. No obstante, cada vez se observan más casos de hombres afectados con dichos trastornos.

    Una persona que sufra un TCA podrá recuperarse y llevar una vida normal, aunque siempre se recomienda que el entorno cercano y la misma persona estén atentos a sus comportamientos. En muchas ocasiones las personas se recuperan pero continúan ciertos pensamientos o conductas en relación a la comida que es bueno observar e identificar, ante una posible recaída. En otros casos, las personas con TCA que nunca hicieron tratamiento son las que tienen una patología más crónica, si bien esto le ocurre a una minoría.

    La enfermedad debe tratarse desde su todo. Por este motivo se debe realizar un tratamiento interdisciplinario en donde participe la familia como apoyo y contención. La delgadez extrema y la obsesión por el control de peso hacen que el comportamiento se vea alterado, conducta recurrente en una persona que padece un TCA.

    En la lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria hay que estar muy pendiente de las redes sociales. Muchas personas buscan en redes sociales otras personas que sufran su trastorno alimenticio y la mala o desinformación también puede repercutir y empeorar un caso de TCA.

    Es necesario que el entorno más cercano pueda detectar cuando una persona necesita ayuda por posibles trastornos con la alimentación y ser atendido a tiempo por un equipo de profesionales especializados que podrán contener y ayudar al paciente.

  • La eficacia de la Sputnik V es superior al 95%, según otro análisis preliminar

    Este martes el Centro Gamaleya de Rusia y el Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF) anunciaron que La eficacia de la vacuna Sputnik V es superior al 95% a los 21 días de la segunda dosis, en base a un segundo análisis intermedio del ensayo clínico de fase 3, en tanto que confirmaron que su valor será de menos de 10 dólares por dosis.

    La evaluación de la eficacia se llevó a cabo entre 18.794 voluntarios 28 días después de recibir la primera dosis (7 días después de la segunda dosis) de la vacuna o placebo sobre la base de 39 casos confirmados de coronavirus, de los cuales 31 se dieron en quienes habían recibido placebo y 8 en los inoculados con la vacuna.

    Como la relación entre el grupo placebo y el grupo vacunado es de 1 a 3, sobre esa cantidad de casos, la Sputnik V demuestra una eficacia del 91,4% siete días después de la segunda dosis.

    No obstante, “los datos preliminares sobre los voluntarios en el día 42 después de la primera dosis (equivalente a 21 días después de la segunda dosis), cuando ya han formado una respuesta inmune estable, indican que la tasa de eficacia de la vacuna está por encima del 95%”, informó el Centro Gamaleya en el comunicado.

    “Esta eficacia es el resultado del uso de dos adenovirus diferentes que se administra cada uno en una de las dosis, lo que aumenta la respuesta inmune“, explicó esta mañana en una conferencia de prensa con medios internacionales Denis Logunov, vicedirector del Gamaleya y quien está a cargo del equipo de desarrollo de la vacuna.

    En este sentido, añadió que “este análisis preliminar es el segundo que hacemos en base al protocolo que se había establecido, el siguiente será cuando se lleguen a los 78 casos de coronavirus; no obstante estimamos que el porcentaje de eficacia no bajará ni subirá demasiado”.

    Durante la conferencia virtual, Logunov señaló que “durante este tiempo no registramos efectos adversos graves, sí tuvimos algunos efectos como febrícula o dolor en el lugar de la inyección en un 30 y un 40% de los participantes”.

    Por su parte, Kirill Dmitriev, director general del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) -también presente en la conferencia-, confirmó que “el precio de la vacuna será inferior a 10 dólares por dosis, lo que implica menos de 20 dólares por esquema, una cifra que es casi la mitad de los precios anunciados por las otras vacunas que tuvieron indicadores similares en sus resultados preliminares de fase 3″.

    “No sólo queríamos hacer una vacuna eficaz, sino también nos propusimos hacer que sea accesible”, aseguró.

    Dmitriev ratificó, además, la elaboración de la vacuna en forma liofilizada (seca), que permite su almacenamiento a una temperatura de +2 a +8 grados Celsius, lo que facilita la distribución.

    “A diferencia de otras vacunas que necesitan condiciones como el ultrafrío para conservarse, la nuestra estará disponible en forma seca lo que será de gran utilidad para muchos países”, describió.

    En relación a la producción, el director del RDIF sostuvo que “ya hemos realizado la transferencia de tecnología a India, China y Corea”, e indicó que “próximamente se realizará a Brasil y otros países con los que garantizaremos la producción prevista”.

    Con respecto al momento en que llegarían las vacunas a los países que la solicitaron, Dmitriev detalló que “las dosis estarán disponibles en enero con los países con los que ya venimos cerrando los acuerdos y en marzo para el resto”.

    La vacuna rusa es una sobre las que están avanzadas las conversaciones del Gobierno argentino para su adquisición, al tiempo que también fue sellado ya un acuerdo con la farmacéutica AstraZeneca, y mantiene negociaciones negociaciones con Pfizer, Janssen y Sinopharm.

    Logunov indicó por su parte que “los resultados de estos primeros análisis de la fase 3 estarán listos en inglés para ser publicados en diciembre en una prestigiosa revista científica”. Los resultados de los ensayos clínicos de Fase I y Fase II fueron publicados el pasado 4 de septiembre en The Lancet.

    Hasta el 24 de noviembre, más de 22.000 voluntarios fueron vacunados con la primera dosis y más de 1.900 voluntarios con la primera y la segunda dosis de la vacuna en 29 centros médicos en Rusia como parte de los ensayos clínicos en curso que aspiran a llegar a 20 mil participantes.

    Actualmente, los ensayos clínicos de fase III están aprobados y están en curso en Bielorrusia, los Emiratos Árabes Unidos, Venezuela y otros países, así como la fase II-III en la India.

    La Sputnik V es una vacuna que utiliza una tecnología que se llama “vector viral no replicante”; los vectores son virus que no tienen capacidad de reproducirse en el organismo (y por tanto son inocuos) y se utilizan para transportar material genético del virus del que se quiere inmunizar.

    A diferencia de otras que utilizan esta tecnología, esta vacuna es la única que utiliza dos adenovirus (virus que causan gripe común) humanos como vectores, uno diferente en cada dosis que se dan intramuscularmente con diferencia de 21 días.

    “La seguridad de las vacunas basadas en adenovirus humanos se ha confirmado en más de 75 publicaciones internacionales y más de 250 ensayos clínicos realizados durante las últimas dos décadas, mientras que la historia del uso de adenovirus humanos en el desarrollo de vacunas comenzó en 1953”, describió el comunicado.

    Asimismo, señaló que “los vectores de adenovirus están modificados genéticamente para que no se puedan reproducir en el cuerpo humano. Cuando se usa la vacuna Sputnik V, el coronavirus en sí no ingresa al cuerpo, ya que la vacuna solo contiene información genética sobre parte de su capa de proteína externa (proteína 

    espiga). Esto elimina por completo la posibilidad de infectarse como resultado de la vacunación y, al mismo tiempo, provoca la respuesta inmune estable del cuerpo”.

  • Obesidad y microbiota

    Cuatro de cada 10 personas en el mundo tiene sobrepeso u obesidad, una cifra que va en aumento año tras año. Esta enfermedad, relacionada estrechamente con diversas patologías metabólicas, como la diabetes tipo 2, ocasiona un gran impacto sobre los sistemas de salud pública y unos cuatro millones de muertes anuales. Y por el momento no existen tratamientos realmente efectivos para combatirla.

    En este sentido, investigadores del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV) vinculados al hospital universitario de Tarragona Joan XXIII estudian si una molécula producida por la microbiota intestinal, llamada succinato, podría estar implicada en la obesidad. “Necesitamos comprender mejor por qué se produce esta enfermedad, porque solo así podremos dar con soluciones y diseñar mejores fármacos”, afirma Sonia Fernández, al frente del grupo de investigación Diamet (IISPV) que forma parte del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERDEM), del Instituto de Salud Carlos III.

    Para ello, desde hace seis años investigan el papel que desempeña el succinato una molécula producida por las bacterias que tenemos en el intestino que cuando pasa a la sangre puede funcionar como una hormona. “Nuestra hipótesis es que es una señal que actúa en diferentes órganos para regular la homeostasis energética”, apunta la investigadora. En personas sanas, cuando esta molécula llega al hipotálamo enviaría una señal de saciedad para que dejemos de comer y, una vez en el tejido adiposo, regularía la captación de energía, principalmente de glucosa y lípidos, para que se almacenen de manera correcta. Sin embargo, cuando hay una enfermedad de fondo, como la obesidad, esta hormona se desregula.

    “La insulina tiene efectos muy beneficiosos para la salud. Ahora bien, en los pacientes con obesidad y con diabetes, los niveles de esta hormona se hallan muy incrementados y los órganos no responden bien a ella. Algo similar creemos que ocurre con el succinato”, apunta Fernández, que añade “si logramos entender cómo actúa en diferentes tejidos, seremos capaces de hallar dianas terapéuticas y nuevos fármacos para combatir la obesidad”.

  • Por qué es importante contar con un oxímetro de pulso en casa: la diferencia en algunos casos entre la vida y la muerte

    Ha sido demostrado que los pacientes con COVID-19 que no necesitan atención hospitalaria inmediata pero que tienen un alto riesgo de desarrollar síntomas graves deberían recibir oxímetros de pulso para que los usen en el hogar y así poder reducir el riesgo de deterioro grave.

    NHS England, el Servicio Nacional de Salud británico, ha comprado alrededor de 200.000 pulsioxímetros para el plan, al que podrán acceder los grupos clínicos de toda Inglaterra.

    La iniciativa se implementará en todo el país durante las próximas seis semanas y está dirigida por Matthew Inada-Kim, líder clínico nacional para el deterioro en NHS England y consultor en medicina general y aguda en Hampshire Hospitals NHS Foundation Trust.

    La entidad ha advertido desde el inicio de la pandemia que es necesaria una intervención médica si los niveles de saturación de oxígeno comienzan a caer. Pero durante la primera ola quedó claro que algunos pacientes desarrollaron hipoxia silenciosa, en la que se produjo desaturación, pero no mostraron síntomas obvios, como dificultad para respirar o sentirse muy mal. Estos pacientes tendían a requerir soporte respiratorio invasivo y tenían malos resultados.

    Nigel Watson, director ejecutivo de Wessex Local Medical Committees, que se espera sea una de las primeras áreas en implementar el esquema de monitoreo en el hogar, dijo que: “la evidencia ahora era bastante sólida de que si la saturación de oxígeno caía al 94% o 93% el riesgo de mortalidad aumentaba a alrededor del 13%, y si cayera por debajo de ese nivel, el riesgo crecía alrededor del 28%”.

    La idea es crear “salas virtuales de COVID” de pacientes en riesgo, como personas mayores de 65 años o menores de 65 con una condición crónica, y monitorear la saturación de oxígeno a través de pacientes que toman lecturas y las relacionan con sus equipos de salud. “Si comienza a disminuir y particularmente llega al 94%, entonces posiblemente se tomará alguna acción, que puede incluir que el paciente sea admitido en el hospital”, explicó Watson.

    “A medida que monitoreamos a más pacientes en la comunidad, sabremos cuál es el punto de inflexión para que ingresen al hospital, que probablemente sea antes de lo que podríamos hacer si no los estuviéramos monitoreando en absoluto -dijo-.

    Un oxímetro de pulso es un dispositivo pequeño que te lo puedes poner en el dedo cómodamente (la mayoría exige tener la uña hacia arriba) y en unos segundos se encienden unas luces con números que indican tu nivel de oxígeno en el cuerpo y tu ritmo cardíaco. La mayoría de la gente sana tendrá una lectura de oxígeno de entre el 95 y el 98 por ciento. Algunas personas con padecimientos existentes podrían tener una lectura normal más baja. Debes ponerte en contacto con tu doctor si el número baja del 92 por ciento o menos.

    El dispositivo también mostrará tu ritmo cardíaco. El ritmo cardíaco normal para un adulto en reposo oscila entre los 60 y los 100 latidos por minuto, aunque los atletas con un acondicionamiento cardiovascular mayor tendrán un pulso más bajo.

    Cuando metes el dedo en un oxímetro de pulso, emite diferentes longitudes de onda de luz a través de tu dedo (no se siente nada). Está en busca de hemoglobina, una molécula de proteína en la sangre que transporta el oxígeno. La hemoglobina absorbe diferentes cantidades y longitudes de onda de luz según el nivel de oxígeno que transporte. Tu oxímetro de pulso mostrará una lectura numérica: un porcentaje que indica el nivel de saturación de oxígeno en la sangre.

    El dispositivo funciona mejor con manos calientes que con manos frías. Además, debido a que los niveles de oxígeno pueden fluctuar, considera tomar mediciones varias veces al día. También pruébalo en distintas posiciones: por ejemplo, acostado o caminando.

    La mayoría de los técnicos de la salud colocarán el dispositivo en los dedos índices, pero un estudio con 37 voluntarios reveló que las lecturas más altas provienen del dedo medio de la mano dominante. El segundo más cercano fue el pulgar dominante. Por lo tanto, si eres diestro, usa el dedo medio de la mano derecha. Si eres zurdo, usa el dedo medio de la mano izquierda. La diferencia entre los dedos es pequeña, así que, si prefieres el dedo índice, está bien.

  • Dengue y Covid 19: semejanzas y diferencias de dos enfermedades de gran compromiso social

    El Gobierno nacional lanzó la campaña nacional para el abordaje integral del dengue, que contará como pilares estratégicos con medidas específicas y articuladas con las jurisdicciones para la prevención durante todo el año, la contención frente a los primeros casos y el control de los brotes. Al respecto y sobre las similitudes entre los síntomas del dengue y el Covid 19 opinó Osvaldo F. Teglia, profesor adjunto de la materia Enfermedades Infecciosas en la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.

    Al comienzo de la enfermedad, el dengue y Covid 19 se manifiestan de una forma similar. Debutan con fiebre y dolores musculares. En casos severos, el dengue puede causar hemorragias, y Covid 19 compromiso pulmonar de jerarquía. En las dos pueden presentarse fallas de múltiples órganos. Otro paralelismo es no poseer tratamiento específico y albergar esperanzas en una solución definitiva por intermedio de la vacunación universal. También les es común, que se esté solicitando un gran compromiso a la población para tratar de mitigar su propagación.

    La primera epidemia mundial de dengue data de 1780 y fue trascendental en su expansión el comercio a través de barcos a vela entre puertos tropicales, rol que ocuparon los aviones con el Covid 19.

    Las personas se infectan de Dengue a través de la picadura de mosquitos de la especie Aedes Aegypti hembra. Estas se reproducen depositando sus huevos en cualquier charco de agua limpia, que sirve al desarrollo de nuevos mosquitos. Las condiciones climáticas de temperaturas cálidas estivales explican la existencia de brotes y más casos durante esta estación. La naturaleza de ciertas ciudades latinoamericanas parece decisiva en la propagación del Dengue por el aumento de una urbanización desorganizada con áreas de saneamiento deficiente.

    Distinto al dengue, el nuevo coronavirus es altamente contagioso y se transmite por el aire. De una manera no tan eficaz a través de macrogotas expulsadas desde un enfermo al toser, estornudar y también por gotitas más pequeñas capaces de alcanzar distancias mayores y permanecer más tiempo en el aire, incluso hasta horas.

    Parece un desafío para el verano amalgamar recomendaciones ambientales que unifiquen el control de ambos microorganismos. La intensidad de las actividades al aire libre favorece la transmisión del dengue y a la población se le aconseja al respecto el uso de repelentes y se le indica que los ámbitos cerrados con mosquiteros o aire acondicionado son seguros.

    Dentro de las claves para el control de Covid 19 se encuentra el distanciamiento social, además de priorizarse la estancia al aire libre sin aglomeración de personas. Se debe tener especial cuidado con reuniones en el hogar, salones de fiestas, aconsejándose el uso de ventilación natural con ventanas abiertas; para traer así aire fresco y limpio exterior que disminuya las concentraciones contaminantes potenciales de SARS Cov 2. Prácticas éstas que parecen contrapuestas a aquellas destinadas al control del dengue.

    Si bien las dos enfermedades pueden afectar cualquier persona, la vulnerabilidad social parece contribuir con el dengue, así como la edad mayor a 60 años y ciertas enfermedades intercurrentes son factores de riesgo para Covid 19.

    La población debe tomar conciencia de que las conductas preventivas parecen ser la única barrera para asegurarnos poder mantenernos saludables frente a estas enfermedades, siendo indispensable la responsabilidad y participación activa. La salud es un bien de todos, y como tal debemos hacer el máximo esfuerzo como comunidad para preservarlo, debiendo tener presente que las acciones que llevamos adelante para prevenir el contagio, cumplen también la función social de no contagiar a nuestros semejantes.

  • ¿De qué hablamos cuando hablamos de veganismo?

    Jacqueline Guzmán, vocera en Argentina de la ONG internacional Million Dollar Vegan indicó los beneficios de consumir alimentos de origen vegetal no solo para el ser humano, si no también para el medioambiente, además reducir el sufrimiento animal y en este contexto, erradicar el riesgo de nuevas pandemias.

    Es innegable que los animales tienen la capacidad de sufrir y de tener experiencias de vida positivas. Lo vemos a diario en los animales de compañía con los que vivimos. Sin embargo, cada año, 70 mil millones de animales terrestres y miles de millones de peces son asesinados para ser transformados en alimento. Desde un punto de vista ético, el veganismo aboga por su defensa y protección, además de su inclusión en una agenda política y cultural que los considere como sujetos de derecho.

    Sabemos que los animales son amontonados en ambientes oscuros y sucios. Pasan sus vidas encerrados, hacinados entre sí y con sus propios desechos. Son separados de sus crías, soportan ciclos mecánicos de inseminación, tortura y reproducción, muchas veces sin anestesia. Estos espacios son propicios para el surgimiento de enfermedades zoonóticas como el coronavirus, en donde la inmunidad debilitada por el estrés que sufren los animales al vivir en estas condiciones lleva a que los virus muten y pasen a los humanos.

    Cada paso de la producción de carne, leche y huevos es responsable del 14,5 por ciento de todas las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el humano. Los investigadores ambientales afirman que la mejor manera de minimizar nuestro impacto climático es la eliminación del consumo de productos de origen animal, junto con la reducción de nuestro uso de combustibles fósiles, como carbón y petróleo.

    Además, esta industria depende de otras industrias perjudiciales para las comunidades: monocultivos tóxicos de soja y maíz que avanzan sobre bosques y poblaciones originarias, incendiando y deforestando todo a su paso. En Latinoamérica, la industria ganadera destruye 2,71 millones de hectáreas de bosque tropical cada año.

    A diferencia de lo que se cree, el consumo de alimentos de origen animal está asociado a las principales causas de muerte por enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, algunos tipos de cáncer y diabetes tipo 2, por lo cual una alimentación que incluya productos de origen vegetal garantiza un estilo de vida más sano. Existe suficiente alimento para criar a tantos animales, y aún así, el derecho al acceso a alimentos saludables y económicos no está garantizado a toda la población humana.

    Aprovechemos este día para repensar nuestros hábitos de consumo, cuestionar la explotación y el sufrimiento animal con el objetivo de adaptarnos a una forma de vida más amigable con otros seres con los que compartimos el planeta. Una forma de vida que considere el impacto medioambiental de la producción ganadera a nivel global en las comunidades y su rol protagónico en el cambio climático, que tenga en cuenta el riesgo de exponernos a nuevas pandemias, que reflexione sobre la salud de la humanidad y sobre la desigualdad en la distribución de los alimentos.

  • Cáncer de mama: alrededor de un 60% de nuevos casos no se diagnosticarían este año

    Como consecuencia de la pandemia, las cifra de nuevos casos de cáncer de mama que aún no fueron diagnosticados por no realizarse los controles genera una gran preocupación. Al respecto opinó el Dr. Juan Luis Uriburu, miembro de la Asociación Argentina de Cirugía, especialista en Mastología y jefe de Servicio de Mastología del Hospital Británico de Buenos Aires.

    En primer lugar hay que resaltar la importancia de un diagnóstico precoz para aumentar las posibilidades de curación. Esta enfermedad, detectada a tiempo, tiene cerca de un 95% de chances de recuperación, por lo que resulta vital la visita al mastólogo y la realización de los estudios de control. Pero ¿qué sucede en el contexto actual?.

    El cáncer de mama es un tumor maligno que se da más frecuentemente en las mujeres cerca de la menopausia, no obstante, en los últimos años se lo está detectando a edades más tempranas. Se origina por la reproducción descontrolada de células anormales en la mama y a pesar de que en algunos pocos casos se conocen ciertas causas genéticas y factores que lo provocan, en la mayoría de los casos, se desconoce su origen.

    Al principio de la pandemia se recomendó postergar todos los controles; en especial si se padecían otras enfermedades que pusieran en riesgo el contagio viral. Solo se continuó con la atención de pacientes recientemente diagnosticadas, que necesitaban intervención quirúrgica oncológica o control inmediato posterior.

    Con el tiempo se fue llevando a cabo una progresiva apertura para la atención de aquellos controles que inicialmente se habían postergado y como consecuencia aparecen datos que podrían llegar a ser preocupantes.

    Habiendo transcurrido 6 meses del inicio de dicho aislamiento, es notorio que se está atendiendo, diagnosticando y operando sólo entre el 40 y 50% de los casos. Lo que quiere decir que hay aproximadamente un 60% de casos nuevos de cáncer de mama que aún no han sido diagnosticados y, por ende, tampoco tratados. Como consecuencia de ello es posible que se diagnostiquen en una etapa algo más tardía, con probabilidad de necesitar tratamientos tal vez más agresivos y con disminución de oportunidades de curación.

    Es importante estar atentos a los signos de alerta como cualquier nódulo o bulto en las mamas, o alteración de su forma, cambios en la piel o pezón, o aparición de ganglios en las axilas. Las mujeres que presenten algún síntoma deben consultar inmediatamente, tengan la edad que tengan.

    Desde la Asociación Argentina de Cirugía se aconseja a las mujeres que no dejen de realizar la consulta presencial con el mastólogo y la realización de la mamografía y ecografía anual. Todo ello se realizará con los debidos recaudos que se implementan por protocolo en los centros de diagnóstico y tratamiento.

  • Más evidencia de los beneficios del omega-3 para el corazón

    Un estudio realizado en España por investigadores del Hospital e Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP) y del Instituto de Investigaciones Médicas Hospital del Mar (IMIM) ha demostrado que el consumo regular de alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, tanto de origen animal como vegetal, fortalece las membranas del corazón y ayuda a mejorar el pronóstico tras un infarto de miocardio.

    Para la investigación se utilizaron datos de 950 pacientes. Los niveles de omega-3 en la sangre de estas personas se determinaron al momento de ingresar al hospital para recibir atención por el ataque cardíaco. El parámetro estudiado indica, con mucha precisión, cuántas de estas grasas habían ingerido los pacientes en las semanas previas a la toma de muestras, es decir, antes del infarto.

    Los pacientes fueron monitoreados durante tres años después de ser dados de alta y los investigadores observaron que tener altos niveles de omega-3 en la sangre en el momento del infarto, que se habían consumido en las semanas previas al evento, se asoció con un menor riesgo de complicaciones.

    Los beneficios de los ácidos grasos omega-3

    El ácido eicosapentaenoico (EPA) es un tipo de ácido graso omega-3 que se encuentra en el pescado azul. Cuando comemos pescado azul con regularidad, el EPA se incorpora a los fosfolípidos de las membranas de los cardiomiocitos, protegiéndolos de una amplia variedad de factores estresantes cardíacos. Este enriquecimiento de las membranas miocárdicas limita el daño causado en caso de infarto.

    La principal novedad de este estudio es que también se centró en otro ácido graso omega-3, de origen vegetal, conocido como ácido alfa-linolénico (ALA). Esta grasa, que se encuentra en las nueces, así como en la soja y sus derivados, está mucho menos estudiada que los omega-3 marinos. Los investigadores observaron que EPA y ALA no compiten, sino que son complementarios entre sí. Si bien los niveles altos de EPA están asociados con un menor riesgo de reingreso hospitalario por causas cardiovasculares, los niveles más altos de ALA están asociados con un riesgo reducido de muerte.

    Antoni Bayés, director clínico de Cardiología de Germans Trias, concluyó: “La incorporación de omega-3 marinos y vegetales en la dieta de los pacientes con riesgo de enfermedad cardiovascular es una estrategia integradora para mejorar tanto su calidad de vida como su pronóstico si sufren un infarto” .

    Omega-3: dónde encontrarlo

    “Los ácidos grasos omega-3 hacen un aporte indispensable a nuestra salud, ayudando a combatir enfermedades cardiovasculares como fibrilación auricular, aterosclerosis, trombosis, inflamación y muerte cardíaca súbita, entre otras, así como diabetes, cáncer, depresión, deterioro cognitivo relacionado con la edad y diversas enfermedades mentales. Además, desempeñan un papel importante en la alteración de los perfiles de lípidos en sangre y la composición de lípidos de la membrana. También regulan las concentraciones de triglicéridos, lo que permite balancear los niveles de colesterol en el organismo”, explica la médica especialista en nutrición Virginia Busnelli, directora médica de CRENYF y directora académica de CEAR.

    Los ácidos grasos poliinsaturados (PUFAs) omega-3 incluyen ALA, ácido estearidónico (SDA), EPA, ácido docosapentaenoico (DPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), precisa la especialista y subraya que “en ningún caso el cuerpo es capaz de producirlos, por lo que una correcta dieta alimenticia o la incorporación de suplementos dietarios a nuestra rutina se vuelven esenciales para adquirirlos”.

    El omega-3 puede provenir de origen animal (EPA y DHA) o de origen vegetal (ALA). “En el primer caso, los mayores aportes se hallan en el hígado de pescados blancos magros como el bacalao y el fletán, el cuerpo de pescados grasos como la caballa, lacha y el salmón, y la grasa de mamíferos marinos como focas y ballenas. Por su parte, el segundo grupo se suele encontrar en semillas, frutos secos y algunos aceites vegetales como la chía, el lino, nueces, canola, echium, azafrán, girasol, maíz y soja”, destacó Busnelli.