Categoría: Salud Mental

  • En la lucha contra los trastornos alimentarios hay que estar pendiente de las redes sociales

    Conmemorar el Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) es importante para visibilizar la importancia de la prevención y detección precoz de este tipo de alteraciones alimentarias y huir de la estigmatización y el exceso de juicios sociales que, de forma frecuente, rodean a este tipo de enfermedades. Al respecto opinaron las Lic. en Nutrición de Agustina Murcho y Mara Fernández, ambas especializadas en el tema (@nutricion.ag).

    El 30 de noviembre es el Día Internacional de la lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) que se identifica bajo el símbolo de un lazo azul.

    A finales del año 2012 un grupo de administradoras de una cuenta de Facebook comenzó una campaña para apoyarse a sí mismas y a otros para concientizar sobre la lucha que atraviesan las personas que padecen trastornos de la conducta alimentaria.

    A esta iniciativa se sumaron otras páginas con características similares y decidieron que el 30 de noviembre sería ese día en apoyo y solidaridad a las personas que enfrentan estos trastornos, así como también a familiares y amigos.

    Argentina es el segundo país a nivel mundial con más casos de anorexia según un informe de Fundación La Casita. La lucha contra el sufrimiento de quienes los padecen pone de relieve la importancia de pedir ayuda como el primer paso para superar el problema.

    Los trastornos de la conducta alimentaria son alteraciones y desórdenes mentales que afectan a la ingesta y al peso de la persona que los padece. Entre los TCA más conocidos se encuentran la bulimia y la anorexia. A través de estas enfermedades se esconden dificultades psicológicas graves y complejas que repercuten en el funcionamiento normal de la vida diaria de la persona enferma.

    Los factores causantes de los trastornos de comportamiento alimentarios son una combinación de elementos psicológicos (influencias familiares y conflictos psíquicos) y sociales (influencias de sus pares y expectativas sociales). Afecta mayormente a mujeres, con una proporción de 9 mujeres por 1 hombre. No obstante, cada vez se observan más casos de hombres afectados con dichos trastornos.

    Una persona que sufra un TCA podrá recuperarse y llevar una vida normal, aunque siempre se recomienda que el entorno cercano y la misma persona estén atentos a sus comportamientos. En muchas ocasiones las personas se recuperan pero continúan ciertos pensamientos o conductas en relación a la comida que es bueno observar e identificar, ante una posible recaída. En otros casos, las personas con TCA que nunca hicieron tratamiento son las que tienen una patología más crónica, si bien esto le ocurre a una minoría.

    La enfermedad debe tratarse desde su todo. Por este motivo se debe realizar un tratamiento interdisciplinario en donde participe la familia como apoyo y contención. La delgadez extrema y la obsesión por el control de peso hacen que el comportamiento se vea alterado, conducta recurrente en una persona que padece un TCA.

    En la lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria hay que estar muy pendiente de las redes sociales. Muchas personas buscan en redes sociales otras personas que sufran su trastorno alimenticio y la mala o desinformación también puede repercutir y empeorar un caso de TCA.

    Es necesario que el entorno más cercano pueda detectar cuando una persona necesita ayuda por posibles trastornos con la alimentación y ser atendido a tiempo por un equipo de profesionales especializados que podrán contener y ayudar al paciente.

  • Patentan una método para diagnosticar esquizofrenia y bipolaridad con un análisis de sangre

    Una metodología desarrollada por investigadores brasileños podría permitir la elaboración de un análisis de sangre para el diagnóstico de dos enfermedades psiquiátricas con síntomas similares como la esquizofrenia y el trastorno bipolar.

    El nuevo método, desarrollado por investigadores de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) y de la Universidad de Campinas (Unicamp), es el primero que posee la capacidad de diferenciar entre ambos trastornos mediante el análisis de alteraciones bioquímicas y moleculares implicadas en las patologías.

    “Resulta complicado diferenciar entre dos enfermedades que comparten síntomas tan parecidos mediante el examen clínico. Con el análisis de laboratorio es posible detectar patrones en el suero sanguíneo, a los efectos de diferenciar casos de esquizofrenia y de bipolaridad de manera precisa, lo cual mejora el pronóstico de los pacientes”, dice Mirian Hayashi, docente del Departamento de Farmacología de la Escuela Paulista de Medicina (EPM-Unifesp) y coordinadora del estudio, apoyado por la FAPESP – Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo.

    Los investigadores afirman que la gran diferencia de este método reside en el análisis del patrón de metabolitos presentes en la sangreel conjunto de sustancias químicas resultantes de las reacciones del metabolismo– y no de un biomarcador específico como pueden constituirlo las proteínas, los genes u otras moléculas. Se estima que existen más de dos millones de metabolitos en el suero sanguíneo.

    Para la investigación también se estudio a usuarios de crack, pues dicha droga mimetiza el primero episodio psicótico de pacientes con esquizofrenia. “Si la persona no informa que es usuario de crack, puede confundírsela con un paciente con esquizofrenia que cursa su primero episodio psicótico. Sin embargo, en nuestro estudio, quizá porque se trata de un efecto molecular pasajero, no logramos diferenciar entre usuarios de esta droga e individuos sanos que no son usuarios”, afirma Hayashi.

    La diferenciación entre casos de trastorno bipolar y esquizofrenia es el resultado de la segunda etapa del proyecto de investigación, cuando ya se habían definido claramente los patrones de metabolitos. Para comprobar que es posible distinguir entre ambos trastornos mediante el empleo de técnicas de bioquímica, se analizaron muestras de suero sanguíneo de 182 individuos entre pacientes esquizofrénicos, bipolares y el grupo de control compuesto por personas sanas.

    “Nuestro objetivo consistió en encontrar distintos patrones de metabolitos y asociarlos a uno de los trastornos. Para ello pusimos las muestras de suero sanguíneo bajo el efecto de un campo magnético. Con el análisis mediante resonancia magnética nuclear de protones es posible detectar todas las variaciones (picos) de protones en una muestra. Como todas las moléculas poseen protones, es posible trazar un perfil de resonancia con las distintas composiciones existentes dentro de un fluido. Al analizar esas variaciones de protones entre diferentes individuos, es posible detectar patrones en las muestras de pacientes esquizofrénicos que difieren de los patrones de los bipolares o de personas sanas”, informa Hayashi.

    “Este estudio no solamente diferencia un estado con respecto al otro, sino que también aporta nueva información referente a los trastornos que se podrá estudiar en el futuro. Al fin y al cabo, si existe un patrón de alteración en los metabolitos, el mismo deriva de una vía específica para cada enfermedad que aún no conocemos”, dice João Victor Silva Nani, coautor del artículo.

    El descubrimiento de vías moleculares relacionadas con la esquizofrenia y el trastorno bipolar puede contribuir en el futuro para el desarrollo de nuevos tratamientos más eficientes.

    De acuerdo con Hayashi, la hipótesis más aceptada por la ciencia para los casos de esquizofrenia y bipolaridad está asociada al desequilibrio de la dopamina (un neurotransmisor del cerebro); tan es así que los principales antipsicóticos son moduladores de la dopamina.

    Mediante técnicas de bioinformática e inteligencia artificial, el equipo formado por investigadores brasileños y japoneses pretende detectar cuáles son las vías implicadas en esas afecciones. “Si bien se conocen los motivos genéticos de fondo que llevan a un individuo a ser esquizofrénico o bipolar, se trata de genes comunes en diversos trastornos mentales. Al identificar esas vías metabólicas exclusivas de cada enfermedad, será posible mejorar el tratamiento en el futuro”, dice. Pero los científicos reconocen también que son necesarios más estudios y trabajos aún como para que se pueda aplicar esto efectivamente en la clínica y realmente ayudar a esos pacientes.

  • Salud Mental: educación emocional para no caer en un sufrimiento innecesario

    La salud mental es una de las áreas más desatendidas de la salud pública. Cerca de 1000 millones de personas viven con un trastorno mental, 3 millones de personas mueren cada año por el consumo nocivo de alcohol y una persona se suicida cada 40 segundos. 

    Actualmente miles de millones de personas de todo el mundo se han visto afectadas por la pandemia de COVID-19, que está teniendo repercusiones adicionales en la salud mental de las personas.

    Sin embargo, relativamente pocas personas en todo el mundo tienen acceso a servicios de salud mental de calidad. Por ello, para el Día Mundial de la Salud Mental de este año, la Organización Mundial de la Salud pide que se aumente considerablemente la inversión en salud mental. 

    La campaña del Día Mundial de la Salud Mental ofrece oportunidades, principalmente en línea dada la persistencia de la pandemia, para que todos nosotros hagamos algo a favor de la vida: a nivel individual, tomar medidas concretas a favor de nuestra propia salud mental y apoyar a los amigos y familiares que estén afectados por un trastorno de este tipo; como empleadores, adoptar medidas para establecer programas de bienestar de los empleados; a nivel gubernamental, comprometerse a establecer o ampliar los servicios de salud mental; y como periodistas, explicar qué más puede y debe hacerse para que la atención de la salud mental sea una realidad para todos.