Categoría: Tecnología

  • Identifican la causa genética de un tipo de infertilidad femenina

    Un grupo de investigación del Centro de Investigación del Cáncer, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Salamanca (CIC-CSIC-USAL), dirigido por el investigador del CSIC Alberto M. Pendás ha identificado en una familia afectada de insuficiencia ovárica primaria una variante del gen HSF2BP como responsable causal de un tipo de infertilidad femenina.

    La infertilidad humana es un problema de salud pública que tiene una incidencia de aproximadamente un 12% entre las parejas en edad fértil a nivel mundial. Una de las principales causas de infertilidad femenina es la insuficiencia ovárica primaria, que afecta a entre el 1% y el 3% de las mujeres menores de 40 años. Gran parte de las infertilidades tienen un origen desconocido, aunque se cree que en muchos casos las causas podrían ser de origen genético.

    Para poder observar el mecanismo por el cual la mutación en el gen provoca la infertilidad, los investigadores identificaron una proteína desconocida hasta ahora, llamada BRME1, que interacciona fuertemente con la proteína HSF2BP, estabilizándola. La variante infértil humana del gen HSF2BP provoca una reducción de la expresión de la proteína BRME1, que a su vez disminuye la estabilidad de la propia proteína HSF2BP, dando lugar a defectos de la división celular meiótica durante la gestación de gametos, que finalmente provocan la insuficiencia ovárica prematura.

    “La meiosis es un tipo de división celular especializada, característica de los organismos que producen gametos, para llevar a cabo la reproducción sexual”, explica Pendás. “la meiosis es una división reduccional (dos divisiones cromosómicas consecutivas) en la que partir de una célula diploide se producen células haploides/gametos (n, espermatozoides y oocitos) gracias a un proceso denominado recombinación meiótica. Dicho proceso asegura la unión física entre los cromosomas paternos y maternos, lo que permite su ulterior separación precisa en los gametos”, añade el investigador. Como consecuencia de ello es que se produce diversidad genética. Errores que se generan en cualquiera de estos procesos dan lugar a trisomías como el síndrome de Down, abortos espontáneos o infertilidad.

    La investigadora Natalia Felipe-Medina, primera autora del trabajo, señala que “la identificación y caracterización de la proteína BRME1, así como la caracterización en profundidad de los defectos meióticos de los mutantes de HSF2BP, aportan nuevos e importantes conocimientos sobre los mecanismos moleculares que gobiernan una nueva y desconocida proteína esencial para la recombinación meiótica”.

    Para demostrar el papel de las proteínas HSF2BP y BMRE1, se han generado y estudiado ratones modificados genéticamente que llevan tanto la variante infértil humana en el gen HSF2BP como la deleción del gen HSF2BP y BRME1. De esta forma, pudieron comprobar que los ratones deficientes en el gen HSF2BP eran estériles por defectos meióticos casi idénticos a los ratones carentes del gen BRME1, mientras que los ratones humanizados con el gen HSF2BP presentaban alteraciones sutiles en la recombinación meiótica, que provocaban una disminución de su fertilidad.

  • Científicos han descubierto un mecanismo por el que las células inmunitarias regulan la obesidad

    La obesidad es uno de los principales problemas de salud en el mundo. Solo en España se estima que en el 2030 habrá 27 millones de adultos, el 80 % de los hombres y el 55 % de las mujeres, con sobrepeso.

    José Antonio Enríquez, científico del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares resalta como la obesidad se ha convertido en una enfermedad en el momento en que ingerir alimentos dejó de ser una cuestión de supervivencia y se convirtió en una costumbre. Los humanos realizan hasta tres comidas diarias. “La población general hoy gana peso básicamente porque rompe con aquello para lo que está programada, que no es otra cosa que comer en mayor cantidad de lo que puede quemar”, apunta el investigador que acaba de publicar en la revista Nature Metabolism un importante artículo que describe el mecanismo que utilizan unas células llamadas macrófagos para regular la obesidad. 

    “Estamos empezando a entender cómo el organismo sabe que existe exceso. Lo que hemos visto es que los macrófagos participan en el almacenamiento. Son células del sistema inmunitario que están por todo el cuerpo y que tienen una capacidad asombrosa de engullir todo aquello que ven. Su existencia es vital porque, por ejemplo, pueden comerse las bacterias de una infección”, apunta. 

    Los macrófagos son células que patrullan el organismo realizando una labor de limpieza y también suministran información a otras células. “Si se encuentran con un entorno donde hay una herida o una quemadura liberan señales que atraen a otras células del sistema inmunitario para proteger esa zona o producir anticuerpos”, subraya Enríquez.

    Sin embargo, cuando un macrófago se encuentra en una situación de estrés, modifica su estado natural, que los científicos llaman antiinflamatorio, y pasa a una fase proinflamatoria. “Este cambio de estado sucede también cuando hay exceso de alimentación o sobrecarga de grasa en la sangre. Y lo que hacen es avisar al resto de células de que existe una abundancia y que por lo tanto conviene almacenar. Transmiten el mensaje al tejido adiposo y al hígado para que el metabolismo aproveche el exceso de comida. En este sentido lo hacen por nuestro propio bien, pero si comemos de manera crónica se produce una situación de estrés continuo y pasa a un estado proinflamatorio. La grasa acaba aumentando demasiado y se producen, además, daños al resto de los tejidos, apareciendo otras enfermedades”, explica. 

    La investigación realizada junto a  la Universidad de California, ha descubierto cómo una proteína, llamada Fgr, interviene en ese cambio de fase. “Cuando nosotros quitamos esta proteína, los macrófagos se quedan en fase antiinflamatoria y en lugar de almacenar la grasa, el hígado lo que hace es eliminarla a través de la orina”, sostiene el científico.

    Los autores del artículo creen que si son capaces de regular estas proteínas que aparecen durante el cambio de estado podría evitarse que el organismo acumule grasa. “Sería posible ayudar a la gente que tiene más dificultades para perder peso porque el cuerpo en lugar de seguir almacenando la grasa la eliminaría por medio de la orina. Además, si pudiésemos disminuir la función de esta proteína durante un tratamiento, también se puede prevenir no solo la obesidad sino las enfermedades asociadas como las cardíacas, accidentes cerebrovasculares o el cáncer”, concluye Enríquez.

  • Los niveles de vitamina D pueden predecir riesgos futuros para la salud y muerte en hombres mayores

    Un nuevo avance en la ciencia indicó que los niveles de vitamina D libre y circulante en el torrente sanguíneo pueden ser un buen predictor del riesgo futuro de salud y enfermedad en hombres mayores.  

    Leen Antonio, doctora de los Hospitales Universitarios de Lovaina en Bélgica y un equipo de investigadores europeos llevaron a cabo el estudio, presentado en la conferencia del 22o Congreso Europeo de Endocrinología (e-ECE 2020) a principios de septiembre.

    La vitamina D tiene un papel fundamental en el buen funcionamiento del organismo ya que interviene en muchos procesos fisiológicos como, por ejemplo, en la absorción y el mantenimiento de los niveles de calcio en los huesos. Así como protege al cuerpo contra las infecciones y enfermedades. 

    La deficiencia de vitamina D se asocia con múltiples condiciones de salud graves a medida que envejecemos.  

    Los investigadores han relacionado los niveles bajos de esta vitamina en sangre con importantes problemas de salud relacionados con la edad, que incluyen a la osteoporosis, mayor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular, cáncer, diabetes tipo 2, deterioro cognitivo, entre otros.

    El estudio sugiere una mayor investigación sobre los niveles de vitamina D y su vínculo con la mala salud, ya que puede ser un área prometedora para futuras investigaciones.

    Existen varias formas, o metabolitos, de vitamina D en el cuerpo, pero es la cantidad total de estos metabolitos la que se usa con más frecuencia para evaluar el estado de vitamina D de las personas. La prohormona 25-dihidroxivitamina D se convierte en 1,25-dihidroxivitamina D, que se considera la forma activa de vitamina D en nuestro cuerpo.

    Sin embargo, Más del 99% de todos los metabolitos de la vitamina D en nuestra sangre están unidos a proteínas, por lo que solo una fracción muy pequeña está libre para ser biológicamente activa. Esto podria explicar por qué las formas libres y activas de la vitamina pueden ser un mejor predictor de la salud actual y futura.

    Deficiencia de vitamina D

    Durante la investigación se analizaron los datos recopilados del Estudio Europeo de Envejecimiento Masculino, que se recopiló de 1.970 hombres residentes en la comunidad, de entre 40 y 79 años entre 2003 y 2005.

    Los niveles de metabolitos totales y libres de vitamina D se compararon con su estado de salud actual, ajustando por factores como edad, índice de masa corporal, tabaquismo y salud autoinformada.

    Los niveles totales de metabolitos de vitamina D libres y unidos se asociaron con un mayor riesgo de muerte. Sin embargo, solo la 25-hidroxivitamina D libre fue predictiva de problemas de salud futuros y no la 1,25-dihidroxivitamina D libre.

    La doctora Antonio explica que “estos datos confirman además que la deficiencia de vitamina D se asocia con un impacto negativo en la salud general y puede predecir un mayor riesgo de muerte”. “La mayoría de los estudios se centran en la asociación entre los niveles totales de 25-hidroxivitamina D y la enfermedad y la mortalidad relacionadas con la edad. Como la 1,25-dihidroxivitamina D es la forma activa de vitamina D en nuestro cuerpo, era posible que pudiera haber sido un predictor más fuerte para la enfermedad y la mortalidad. También se ha debatido si deben medirse los niveles de vitamina D total o libre. Nuestros datos ahora sugieren que los niveles de 25-hidroxivitamina D total y libre son la mejor medida del riesgo futuro para la salud en los hombres”, dice la doctora.

  • Los trastornos de ansiedad están relacionados con la inflamación de las glándulas tiroides

    Un nuevo estudio, presentado en la Conferencia Europea e Internacional sobre Obesidad en septiembre de 2020, sugiere que los trastornos de ansiedad pueden deberse, al menos en parte, a un mal funcionamiento del sistema endocrino del cuerpo.

    Aunque los medicamentos contra la ansiedad se dirigen al sistema nervioso. El estudio sugiere que los trastornos de ansiedad pueden provenir más del sistema endocrino. 

    La mayoría de las personas, de vez en cuando, tienen breves períodos de ansiedad. Como por ejemplo cuando experimentan situaciones estresantes en las que se desconoce el resultado.

    Para muchas personas, sin embargo, la ansiedad es un estado emocional agudo, frecuente y persistente que afecta negativamente la calidad de vida. De hecho, los expertos estiman que los trastornos de ansiedad afectan a alrededor de 264 millones de personas en todo el mundo.

    Los medicamentos contra la ansiedad, que generalmente se dirigen al sistema nervioso central , pueden ser útiles, pero a menudo no brindan un alivio permanente. Es por eso importante el hallazgo de la relación aparentemente existente entre la ansiedad y el sistema endocrino. 

    Juliya Onofriichuk, del Hospital Clínico de la Ciudad de Kiev en Ucrania, dirigió la investigación. Ella explica: “Estos hallazgos indican que el sistema endocrino puede jugar un papel importante en la ansiedad. Los médicos también deben considerar la glándula tiroides y el resto del sistema endocrino, así como el sistema nervioso, al examinar [a las personas] con ansiedad “.

    Los resultados de la investigación demuestran que la inflamación de la glándula tiroides está asociada con trastornos de ansiedad, lo que sugiere nuevas vías de tratamiento.

    La glándula tiroides produce dos hormonas importantes, T4 (tiroxina) y T3 (triyodotironina), que participan en el mantenimiento de la función cardíaca y muscular, la digestión, el desarrollo del cerebro y la salud ósea. Estas hormonas a su vez ayudan a producir y regular las hormonas adrenalina y dopamina. La adrenalina a veces se la conoce como la hormona de lucha o huida. Está asociado con una explosión repentina de energía, como la que ocurre en respuesta a una amenaza. Por otro lado, la dopamina es la hormona del placer y la recompensa del cerebro, y demasiada (o muy poca) puede afectar la sensación de bienestar y la calidad de juicio de una persona.

    La inflamación de la glándula tiroides ocurre típicamente cuando el cuerpo se dirige por error a la glándula como un invasor no deseado. Cuando esto ocurre, el cuerpo produce anticuerpos que atacan la glándula. Estos anticuerpos pueden dañar la tiroides y hacer que funcione mal.

    Durante el estudio, los investigadores observaron a 29 hombres y 27 mujeres. Sus edades medias fueron 33,9 años y 31,7 años, respectivamente. Los médicos habían diagnosticado ansiedad en estos individuos y todos experimentaron ataques de ansiedad.

    Los científicos examinaron las glándulas tiroides de los participantes mediante ultrasonido . También midieron sus niveles de T4 y T3.

    Los investigadores encontraron que la tiroides de las personas con trastornos de ansiedad presentaba signos de inflamación. También detectaron anticuerpos tiroideos en estos individuos.

    A pesar de que las glándulas tiroides de los participantes estaban inflamadas, no tenían un mal funcionamiento significativo. Sus niveles de T4 y T3 estaban ligeramente elevados pero se mantuvieron dentro de un rango normal.

    Para tratar la inflamación, los investigadores les dieron a los participantes un curso de 14 días de ibuprofeno y tiroxina. Este tratamiento redujo con éxito la inflamación de la tiroides.

    Una vez que la inflamación se resolvió, los individuos experimentaron niveles más bajos de ansiedad, según las pruebas que realizaron los investigadores.

    Estos hallazgos del equipo ofrecen nuevas esperanzas para las personas con ansiedad. Es por eso que los tratamientos para la ansiedad pueden ser más eficaces cuando tienen en cuenta el papel del sistema endocrino.

    El nuevo estudio sugiere que la ansiedad no es exclusivamente un trastorno del sistema nervioso central. Pero vale la pena señalar que este estudio en particular no ha sido sometido a revisión por pares y no aparece en una revista médica. Además fue relativamente pequeño, por lo que los científicos deberán replicar los hallazgos en estudios a gran escala controlados por placebo antes de sacar conclusiones sólidas.

    El siguiente será por lo tanto una investigación más amplia del papel del sistema endocrino en los trastornos de ansiedad. Explorando la influencia de las hormonas sexuales y de las glándulas suprarrenales, incluidos el estrógeno , la testosterona , el cortisol, la progesterona y la prolactina, en personas con trastornos de ansiedad diagnosticados y glándulas tiroideas inflamadas.

  • El microbioma intestinal protege frente a la predisposición genética a la leucemia

    Una investigación realizada en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca, liderado por Isidro Sánchez García podría contribuir a desarrollar herramientas que permitan prevenir leucemia en los niños con susceptibilidad genética a padecerla. El estudio, publicado en la revista Blood, evidencia que el microbioma intestinal, compuesto por el conjunto de genes que forman parte de las bacterias intestinales desde el nacimiento, protege a los ratones con predisposición genética a desarrollar la enfermedad. 

    La comprensión del microbioma constituye un campo de investigación en crecimiento. Numerosos estudios sugieren que la relación entre los microorganismos y el material genético juega un papel relevante en el origen de enfermedades neurológicas o inmunitarias como la leucemia infantil.

     El tipo más frecuente de leucemia infantil es la leucemia linfoblástica aguda de células B precursoras, causada por una combinación de la susceptibilidad genética del niño al nacer junto a la exposición a ciertas infecciones tras el parto. Las predisposiciones genéticas son frecuentes en los niños y se consideran condición necesaria para el desarrollo de la enfermedad, si bien menos del 1% de estos casos desarrollarán a lo largo de su vida leucemia linfoblástica aguda de células B precursoras.

    “Aunque se conocen determinados factores implicados en el desarrollo de la leucemia infantil, como la exposición a estímulos infecciosos, resulta fundamental profundizar y describir con precisión por qué, a pesar de tener esta predisposición, no todos los individuos desarrollan la enfermedad”, apunta Isidro Sánchez-García, del Centro de Investigación del Cáncer (CIC-IBMCC).

    Durante el estudio se ha podido observar que, cuando los ratones con predisposición genética son tratados con antibióticos en edades tempranas, se altera su microbioma y este cambio es suficiente para inducir la leucemia, incluso en ausencia de estímulos infecciosos. “Se observa que en estos ratones los microbios intestinales son distintos a los que tienen los animales no susceptibles a la enfermedad. De hecho, sería posible identificar la predisposición genética de un individuo caracterizando su microbioma”, añade el investigador del CSIC.

    Los resultados de la investigación parecen indicar que el desarrollo de leucemia linfoblástica aguda en ratones con predisposición genética está más relacionado con una falta de microbiota comensal (aquella que normalmente contiene el intestino) que con la presencia de bacterias específicas.

    En este sentido, los investigadores necesitan de estudios a gran escala dirigidos a determinar si una modificación del microbioma en los niños con predisposición genética a la leucemia linfoblástica aguda de células B puede convertirse en una estrategia exitosa. “Un posible tratamiento podría ser administrar la microbiota comensal, principalmente lactobacillus, a los ratones susceptibles para poder prevenir el desarrollo de la leucemia”, concluye Sánchez-García.

  • Identifican una proteína clave para evitar la metástasis del cáncer de mama

    Investigadores españoles del grupo de Patología Molecular Traslacional del Vall d’Hebron Instituto de Investigación en colaboración con el CIBER de Cáncer (CIBERONC), han descrito el papel de la integrina B3 en la comunicación entre células, clave para el desarrollo de metástasis en el cáncer de mama ya que favorece la diseminación del tumor en otros órganos, como el pulmón. 

    El estudio, publicado en la revista Nature Communications, muestra la importancia de la integrina B3 en la captación de vesículas por parte de las células, lo cual favorece la formación de tumores secundarios en otros órganos. Esta proteína podría ser una diana terapéutica para evitar la formación de metástasis.

    Alrededor del 90% de las muertes que se producen por cáncer de mama son a causa de metástasis en otros órganos, como el pulmón. Estas metástasis se producen debido a la comunicación existente entre las células tumorales y las células del sitio metastásico. Esta comunicación celular se basa en la producción de vesículas que son captadas por otras células y que contienen factores que ayudan a desarrollar las metástasis.

    Sin embargo, el mecanismo que permite que esto suceda no se conoce en profundidad. “Es uno de los primeros estudios que describe las vías que permiten que estas vesículas entren en las células para favorecer el crecimiento tumoral y el papel que la integrina B3 posee en este proceso”, explica Stefan Hümmer, investigador del VHIR y el CIBERONC y uno de los autores del trabajo.

    El estudio fue llevado a cabo en cultivos celulares en el laboratorio. Los investigadores han podido comprobar a través de él que la integrina B3, una proteína que sirve de conexión entre el exterior y el interior de la célula, es necesaria para que las vesículas producidas por el entorno sean captadas por las células tumorales.

    “Hemos visto que, cuando inhibimos la integrina B3, las vesículas no se pueden interiorizar y, por lo tanto, no existe el estímulo que favorece el crecimiento tumoral en el nuevo órgano para formar metástasis”, comenta Santiago Ramón y Cajal, jefe del grupo de Patología Molecular Traslacional del VHIR y jefe de grupo del CIBERONC.

    Tras esta publicación, el grupo está trabajando en la búsqueda de inhibidores de la integrina B3, lo cual sería una posible estrategia para evitar que las células formen nuevas colonias en otros órganos, es decir, evitar las metástasis.

    Ramón y Cajal destaca que “estos inhibidores serían específicos para el control de las metástasis. Por ello, deberían administrarse conjuntamente con otros tratamientos dirigidos al tumor primario”.

    Este mecanismo de entrada en las células, basado en la integrina B3, se ha podido observar con anterioridad en muchos virus herpes cuando infectan a células humanas. Estas similitudes han ayudado a conocer y estudiar la vía de entrada de las vesículas captadas por las células. 

  • El veneno de la abeja mata las células agresivas del cáncer de mama

    En una esperanzadora investigación, los científicos del Instituto de Investigación Médica Harry Perkins en Perth, Australia, y la Universidad de Australia Occidental, encontraron que la melitina y el veneno de abejas puede ser capaz de matar células del cáncer de mama en laboratorio, particularmente dos tipos de células que son muy difíciles de tratar, dejando ilesas a las células sanas.

    Durante muchos años, los seres humanos han utilizado la miel, el propóleo y el veneno de la abeja como medicamentos. Pero recientemente los científicos han descubierto que el veneno de la abeja con su componente activo, la melitina, son tóxicos para una amplia gama de tumores, incluidos los cánceres de melanoma, pulmón, ovario y páncreas, en pruebas de laboratorio.

    La melitina es la molécula que crea la sensación dolorosa de la picadura de una abeja, compone casi la mitad del veneno de la abeja y su efecto hace que la picadura de este insecto sea tan dolorosa.   

    Los investigadores han descubierto el efecto de la melitina y el veneno de abeja en una variedad de cánceres de mama, incluidos dos de los tipos más agresivos y difíciles de tratar, conocidos como el cáncer de mama triple negativo y cáncer de mama enriquecido con HER2, que se asocian con los peores resultados, ya que tienden a desarrollar resistencia a los tratamientos existentes.

    Durante el estudio, también se demostró que el veneno de los abejorros, que no contiene melitina, no mata las células cancerosas, ni siquiera en altas concentraciones.

    Sin embargo, la melitina puede matar células en menos de 1 hora perforando agujeros en su membrana externa. A los 20 minutos de la administración, también interrumpe el paso de mensajes químicos que las células necesitan para crecer y dividirse.

    “Observamos cómo el veneno de abeja y la melitina afectan las vías de señalización del cáncer, los mensajes químicos que son fundamentales para el crecimiento y la reproducción de las células cancerosas, y descubrimos que muy rápidamente estas vías de señalización se cerraron. El veneno era extremadamente potente”, dice la Dra. Ciara Duffy, quien dirigió la investigación. “Descubrimos que la melitina puede destruir por completo las membranas de las células cancerosas en 60 minutos”, agregó. 

    Los investigadores descubrieron que la melitina hace esto al prevenir la activación de receptores de factores de crecimiento en la membrana celular. Una de las razones por las que las células cancerosas enriquecidas con HER2 y algunos cánceres de mama triple negativos crecen de forma incontrolable es que tienen una gran cantidad de estos receptores. Al evitar que estas señales de crecimiento pasen, la melitina detiene la proliferación de las células.

    El estudio también fue capaz de demostrar como se puede crear una terapia de combinación para combatir el cáncer. Debido a que la melitina crea agujeros en las membranas celulares, también puede permitir que los medicamentos de quimioterapia existentes penetren y destruyan las células cancerosas.

    Para probar esta posibilidad, los investigadores trataron un modelo de ratón de cáncer de mama triple negativo con una combinación de melitina y un fármaco llamado docetaxel. Esto demostró ser más eficaz para reducir los tumores que el docetaxel o la melitina solos.

    Los médicos podrían usar esta estrategia para aumentar la eficacia o reducir la dosis de los medicamentos de quimioterapia, reduciendo así los efectos secundarios dañinos.

    Por último, los autores del estudio señalaron que el veneno de abeja es relativamente barato y fácil de obtener, por lo que se podría convertir en una buena opción para el tratamiento del cáncer en países con servicios de salud con pocos recursos.

    Pero también resaltan que esta línea de investigación está en su infancia, y que por lo tanto aún no se han realizado ensayos clínicos en humanos para evaluar la seguridad y eficacia de la melitina para el tratamiento del cáncer de mama.

    Aunque este estudio en particular no encontró evidencia de daño a las células no cancerosas, otros estudios sugieren lo contrario. Por lo tanto, es posible que los profesionales de la salud deban dirigir cuidadosamente la melitina a los tumores para evitar daños colaterales al tejido sano.

  • Una nueva molécula ofrece buenos resultados para retrasar la progresión del párkinson

    Científicos del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona han puesto a prueba en un ensayo moléculas que dieron resultados prometedores para retrasar la progresión de la enfermedad de Parkinson.

    La nueva molécula, diseñada para actuar sólo en neuronas dopaminérgicas, reduce la síntesis de la proteína alfa-sinucleína, uno de los marcadores diferenciales de la enfermedad.

    El trabajo liderado por Analia Bortolozzi, científica del CSIC e investigadora del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) en el IIBB-CSIC y en el IDIBAPS, fue publicado en la revista EBioMedicine, de The Lancet.

    Hace tiempo que se conoce que el aumento de la expresión de la proteína alfa-sinucleína y su acumulación en algunas regiones del cerebro, formando los llamados cuerpos de Lewy, es una señal temprana de la cascada de mecanismos celulares que conduce a la degeneración de las neuronas dopaminérgicas. Es por eso, que en los últimos años se ha intentado realizar investigaciones que van dirigidos a reducir esa sobreexpresión de alfa-sinucleína utilizando oligonucleótidos. “El problema es que, si la reducción es excesiva en todo el cerebro, el tratamiento tiene efectos secundarios nocivos y tóxicos, justo lo contrario de lo que se espera”, aclara Analia Bortolozzi. El exceso de la proteína está asociado al desarrollo de la enfermedad, pero su excesivo defecto también lleva a una pérdida de función. 

    Por este motivo, el equipo de Bortolozzi, en colaboración con científicos de la empresa biotecnológica n-Life Therapeutics y el apoyo de la Fundación Michael J. Fox.  han sintetizado una nueva secuencia de oligonucleótido contra alfa-sinucleína combinada con indatralina. Esta última es una molécula pequeña que tiene una gran afinidad por un transportador de membrana que se localiza de manera selectiva en las neuronas dopaminérgicas, de forma que el oligonucleótido se dirige y actúa específicamente en estas neuronas.

    El equipo ha evaluado la eficacia del nuevo tratamiento sobre un modelo de ratón modificado genéticamente para sobreexpresar la forma humana de la proteína alfa-sinucleína y que muestra sintomatología de párkinson. Luego de cuatro semanas de tratamiento se llegó a la conclusión que se reduce la síntesis  excesiva y la acumulación de alfa-sinucleína en las neuronas dopaminérgicas y áreas cerebrales interconectadas como la corteza prefrontal y el estriado, conduciendo a la recuperación de la transmisión normal de dopamina. 

    Según los investigadores, ello alivia los déficits en la función de la dopamina asociada a la patología de alfa-sinucleína que se dan en las primera fases del párkinson, aún cuando no existe pérdida de las neuronas.

    Los resultados positivos llevaron a los científicos a probar el tratamiento en otro modelo animal, cuya anatomía del cerebro es más cercana a la humana. Con la colaboración del doctor Jeffrey Kordower del Rush University Medical Center, de la Universidad de Chicago, probaron la molécula en monos rhesus ancianos que muestran acumulación de alfa-sinucleína. Los resultados fueron alentadores ya que “solo se reduce la expresión de alfa-sinucleína en las neuronas dopaminérgicas del cerebro medio, sin mostrar toxicidad ”, afirmó Ruben Pavia Collado, segundo autor del trabajo.

    Los próximos pasos de la investigación, explica Analia Bortolozzi, son optimizar la molécula para aumentar la potencia y duración del efecto después de la administración intranasal. Se trataría de dar esta molécula de forma transitoria el tiempo suficiente para reducir la síntesis de alfa-sinucleína y, luego, administrarla en combinación con otros tratamientos. Como son los ensayos de inmunoterapia actuales dirigidos a eliminar el exceso de la proteína alfa-sinucleína del cerebro, o aquellos tratamientos con agentes antiagregación para evitar la formación de especies tóxicas de alto peso molecular de la misma proteína.

    Los resultados preliminares de los estudios son prometedores y podrían abrir el camino a nuevas terapias que permitan retrasar el desarrollo de la enfermedad.

  • La infección por el virus del Zika aumenta el riesgo y la gravedad de dengue

    Una investigación realizada en Nicaragua mostró la estrecha relación entre el Zika y el dengue debido a la reactividad cruzada, favoreciendo el desarrollo de una vacuna segura y eficaz contra el primero.

    Las epidemias de dengue y Zika han afectado a cientos de millones de personas en las últimas décadas. Si bien se han realizado muchas investigaciones sobre cómo la inmunidad previa al dengue afecta a la infección por Zika, se sabe poco sobre cómo la inmunidad lograda por el Zika o su vacunación afecta a la posterior enfermedad del dengue.

    Este nuevo estudio, publicado en la revista Sciencie, demuestra cómo el contagio previo por el virus del Zika puede aumentar el riesgo de padecer una forma sintomática y grave de dengue en una muestra pediátrica de larga duración. Según los expertos, liderados por investigadores de la Universidad de California (EE UU), las conclusiones tienen importantes repercusiones en el desarrollo, eficacia y seguridad de las vacunas contra el Zika.

    La investigación se basó en datos de niños que vivieron una epidemia de Zika en 2016 y otra de dengue en 2019, es la primera que estudia los efectos de la inmunidad al Zika en la enfermedad del dengue.
    El estudio establece que una infección previa por Zika “aumenta significativamente el riesgo de que se presenten formas sintomáticas y más graves de la enfermedad del dengue”, explicó una de las autoras de la investigación Leah Katzelnick de la Universidad de California Berkeley.
    Esta interacción podría dificultar a los investigadores el diseño de una vacuna segura y eficaz que proteja contra el Zika sin aumentar también el riesgo de dengue, señala un comunicado de la universidad.

    Los nuevos hallazgos muestran que la relación entre los anticuerpos antiflavivirus preexistentes y la enfermedad depende del virus infectante secundario. Sin embargo, muchos grupos están desarrollando vacunas que solo inducen anticuerpos que protegen contra el Zika y, por lo tanto, inducirá una respuesta más segura y mejor que la infección natural del virus. Los investigadores señalan que esas vacunas serán importantes para proteger eficazmente a las poblaciones de riesgo.

    Para los autores es fundamental que se lleven a cabo nuevos estudios de las vacunas para conocer la verdadera eficacia de estas, y sus efectos secundarios. “Aclarar cómo la inmunidad a dengue y Zika modula el riesgo de enfermedades futuras es de suma importancia para desarrollar vacunas seguras y eficaces contra los flavivirus y prevenir futuras epidemias” explica Eva Harris, una de las científicas de la institución americana. “Esta relación no había sido demostrada anteriormente”.

  • Investigadores españoles crean neuronas que pueden integrarse en tejido cerebral humano

    Un estudio de la Universidad de Barcelona demuestra que es posible generar neuronas a partir de las células de la piel de un donante gracias a la reprogramación celular. 

    Investigadores del Instituto de Neurociencias (UBNeuro) y del Instituto de Sistemas Complejos (UBICS) de la Universidad de Barcelona han comprobado, con el uso de la más avanzada tecnología, incluyendo el rastreo neuronal monosináptico mediante virus, y registros electrofisiológicos, cómo las células trasplantadas son capaces de recibir señales y establecer contactos sinápticos con las neuronas de esa porción de cerebro.

    Según los resultados obtenidos, publicados en la revista Stem Cells Translational Medicine, estas neuronas son capaces de integrarse en el circuito neuronal cuando se trasplantan a una pequeña porción de cerebro obtenida de un donante humano.

    «Es un gran avance en el tratamiento del daño cerebral, porque la mayoría de los estudios realizados para demostrar la viabilidad de los trasplantes de células madre como terapia se han llevado a cabo con modelos animales, como ratones o ratas. En este estudio, hemos establecido un método para demostrar que estas terapias también son eficientes cuando se trasplantan células humanas en un tejido humano», explica Daniel Tornero, profesor lector de la Universidad de Barcelona y miembro del UBNeuro.

    El investigador señala que gracias a la colaboración del profesor Jordi Soriano, de la Facultad de Física de la UB, ha sido posible combinar técnicas de biología celular con células madre y el análisis de redes neuronales funcionales desde una perspectiva física. Permitiendo entender mucho mejor la complejidad del modelo experimental y definir estrategias futuras para aplicaciones terapéuticas.