Etiqueta: Organización Mundial de la Salud

  • Visión: el exceso de pantallas repercute en la salud de los ojos

    Este 8 de octubre se celebró el Día Mundial de la Visión. El lema de la campaña de este año fue “Visión Primero” para concientizar que más de mil millones de personas en el mundo no pueden ver bien porque no tienen acceso a anteojos.

    El Dr. Rogelio Ribes Escudero, médico oftalmólogo, especialista en córnea y superficie ocular., y Jefe del equipo de trasplante de córnea del Hospital Alemán, resaltó que casi un tercio de la población, es decir unos 2200 millones de personas, tienen algún tipo de deficiencia visual o ceguera, de las cuales al menos mil millones poseen una carencia visual que podría haberse evitado o que aún no ha sido tratada.

    Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los problemas más frecuentes son miopía (2600 millones de personas), presbicia (1800 millones), degeneración macular (196 millones), retinopatía diabética (146 millones), glaucoma (76 millones) y tracoma (2,5 millones).

    Este año, el día mundial de la visión nos encuentra confinados y con los ojos pegados a una pantalla ya sea celular, televisor, computadora o tablet. Los efectos de estos equipos en los ojos se pueden dividir en tres: los que acontecen en las lágrimas y superficie ocular, los producidos por la luz emitida y los que repercuten en los lentes propios de los ojos.

    Cuando realizamos una actividad en donde se fija la vista de cerca, los parpadeos disminuyen a la mitad y decrece la difusión de la lágrima sobre la superficie ocular, razón por la cual se genera un ojo seco. Esta es una patología cada vez más frecuente y los tratamientos actuales se orientan a aumentar la calidad y cantidad de lágrimas. 

    Respecto de la luz azul, aún no queda claro si esta luz que emiten los dispositivos electrónicos es de suficiente intensidad para provocar daño retinal. Lo que sí se sabe es que puede disminuir la síntesis de melatonina, la hormona inductora del sueño. Por eso, se recomienda no utilizarlos, al menos, 2-3 horas antes de dormir.

    Por otro lado, el empleo de estos dispositivos genera un esfuerzo en el músculo ciliar, que es el encargado de realizar el enfoque de cerca. Al contraerse, aumenta las dioptrías de magnificación del cristalino, proceso conocido como acomodación. El problema es que se pasa tanto tiempo haciendo actividades de cerca que se genera un espasmo y contractura de este músculo, promoviendo visión borrosa transitoria y cefaleas en pacientes jóvenes. Es como ejercitar un mismo músculo en el gimnasio durante 8 a 10 horas por día, en algún momento se va a acalambrar. Por eso, la Academia Americana de Oftalmología sugiere que se adhiera a la regla “20-20-20”: cada 20 minutos, tomar un descanso de 20 segundos y ver algo a más de 6 metros.

  • Covid-19 y diabetes

    Durante el encuentro anual de la Asociación Europea para el Estudio de Diabetes se presentó evidencia del impacto que el nuevo coronavirus tiene en las personas con diabetes. En la Argentina, esta enfermedad es la comorbilidad más frecuente en fallecidos por Covid-19 menores de 60 años.

    La enfermedad por Covid 19 fue definida como pandemia por la Organización Mundial de la Salud el 11 de marzo del 2020. En un largo semestre, la medicina está aprendiendo sobre la marcha.

    En nuestro país se hace cada vez más difícil hacer respetar el aislamiento social, que es lo más concreto que tenemos en prevenir contagios. Las personas con afecciones médicas preexistentes como la diabetes, han mostrado ser más vulnerables a la infección por Covid, y por ello se las incluye entre los grupos de riesgo.

    Reportes epidemiológicos internacionales arrojan que en la población general, el 85% de los que se infecten serán asintomáticos o con síntomas leves y el 15% desarrollaran enfermedad y la tercera parte de ellos formas graves.

    Por otro lado, en la práctica médica personal estamos viendo aparición de diabetes en el contexto de enfermarse por Covid, lo que sugiere su agresión directa al páncreas por mecanismos que se están dilucidando.

    La revista The Lancet Diabetes & Endocrinology publicó en su ultima edición una encuesta realizada en Reino Unido, que reportó que el 30% de las muertes debidas al Covid, ocurrió en personas con diabetes y los niveles altos de glucosa en sangre se asociaron a malos resultados. Aquellos con diabetes tipo 1 tenían un riesgo de muerte casi tres veces mayor y aquellas con diabetes tipo 2 casi dos veces mayor de evolución fatal. Datos similares fueron aportados en el congreso europeo de diabetes en septiembre.

    En nuestro país, la revista Argentina de Salud Pública, en su edición del 4 de agosto y en base a los primeros 116.974 casos presentó que la hipertensión arterial fue la comorbilidad más informada en casos confirmados de Covid (15,8%) y en fallecidos de más de 60 años (58,7%) .Mientras que, en fallecidos menores a los 60 años, la comorbilidad más frecuente fue la diabetes. Tres de cada diez (29,9%) de los muertos “jóvenes” por Covid tenían esta enfermedad.

    Cuando las personas con diabetes desarrollan enfermedad por Covid, se vio mejor pronóstico en aquellos que tenían valores satisfactorios y estables de glucosa en sangre.

    El 12,7 % de las personas mayores de 18 años en Argentina tiene diabetes. Ante esto, desde el ámbito laboral, tanto público como privado, es imperativo respetar las pautas legislativas vigentes, garantizar en idénticos ámbitos la oportuna provisión de medicamentos e insumos.

    Sabemos que un mejor estado metabólico minimiza que la infección se convierta en enfermedad por Covid 19 y que en caso de enfermarse tenga mejor evolución. Un desafío para la persona y la sociedad que la contiene.

    Algunas recomendaciones especiales para las personas con diabetes que se plasmaron en las consideraciones la Task force de desastres de la Federación Internacional de diabetes para Sur y Centro América: cumplir estrictamente las recomendaciones médicas, que incluyen saber cuando concurrir a instituciones hospitalarias o convocar a servicios de salud; asegurarse de tener, a tiempo, suficientes medicamentos e insumos; estar conectados con asociaciones dedicadas al cuidado de la diabetes y personas con idéntica condición ante demoras o problemas logísticos en la provisión habitual; tener a mano productos azucarados para afrontar hipoglucemias; estar atentos y acatar las recomendaciones que emanen de las autoridades competentes.

  • Zoonosis, una amenaza siempre latente.

    A raíz de la actual pandemia por el Covid-19, se ha despertado mundialmente gran preocupación por las zoonosis, debido a la posible implicación de los murciélagos en el origen del virus en China.

    La Organización Mundial de la Salud define a las zoonosis como aquellas enfermedades e infecciones transmitidas de manera natural entre animales vertebrados y seres humanos. Representan un problema de salud pública debido a que afectan a una gran parte de la población tanto en zonas urbanas como rurales, produciendo un riesgo en la interfaz entre el ser humano y los animales a través de la exposición directa o indirecta a los animales, su entorno y los productos derivados de estos, como carne, leche, huevo. 

    En muchos casos, estas enfermedades pueden llevar a la muerte. Los sectores sociales más golpeados son aquellos que cuentan con peor alimentación, higiene y con un sistema sanitario débil. 

    La OMS colabora con entidades asociadas de distintos sectores para evaluar y reducir los riesgos de transmisión de zoonosis al ser humano a través del consumo de productos de origen animal, además de formular recomendaciones dirigidas a los Estados Miembros y a la población acerca del modo de reducir esos riesgos en la cadena alimentaria.

    Los primeros reportes que se realizaron en China, describieron la infección en personas que habían estado expuestas al nuevo coronavirus en el Mercado de Mariscos de Huanan. Esto llevó a que se considerara que el nuevo coronavirus, SARS-CoV-2, posiblemente se haya originado en dicho mercado. Se cree que la transmisión a los humanos ocurrió en algún momento del proceso de transportación, sacrificio y comercialización de los animales infectados. Específicamente, se sospecha de los murciélagos debido a que estos animales pueden albergar una variedad de coronavirus, incluyendo aquellos conocidos patógenos como el SARS-CoV y el MERS-CoV, asociados con síndromes respiratorios en humanos.

    Un ejemplo de esto es el caso de la Hepatitis viral tipo E. La hepatitis viral es una enfermedad infecciosa que afecta al hígado. Se ha observado que la gravedad de las infecciones por el virus de la hepatitis E suele ser mayor que la de las producidas por el virus de la hepatitis A. Además, la hepatitis viral tipo E afecta principalmente a adultos jóvenes y tiene un alto índice de mortalidad en mujeres embarazadas.

    Actualmente existe una variedad de reportes de otras zoonosis que deben ser monitoreadas para evitar potenciales problemas de salud pública en gran escala como el que estamos viviendo actualmente. 

    Se ha reportado que este virus se transmite desde animales silvestres, animales de zoológicos y animales domésticos hacia los humanos; de hecho, se especula que las mascotas, como perros y gatos, pueden servir también como reservorios de ese virus, lo cual es un importante motivo de investigación. 

    Otro ejemplo es el caso de los patógenos del género Cryptosporidium spp. En este caso no se trata de ningún virus, sino de protozoarios parásitos. Un reporte reciente en España, describió un detallado análisis de los parásitos intestinales del zorro rojo (Vulpes vulpes) de Galicia. En dicho estudio, se identificaron cinco especies de Cryptosporidium, donde destacan: C. hominis y C. parvum, que son patógenos en humanos. La detección de dichos microorganismos sugiere la transmisión activa entre los animales silvestres y los de granja, lo que abre la posibilidad de transmisión al ser humano y la generación de casos de criptosporidiosis.

    La situación que vivimos actualmente por la enfermedad de COVID-19, nos indica que cada país debe ser responsable en identificar y monitorear las enfermedades infecciosas de origen zoonótico que tienen un alto potencial de transmisión entre la población y por todo el planeta.