El uso de los móviles no altera el volumen del cerebro de los adolescentes

Desde hace años se baraja la idea de que los campos electromagnéticos de radiofrecuencia emitidos por los móviles podrían afectar al cerebro humano y más aún en el caso de los adolescentes que parecen vivir pegados a sus teléfonos mientras su cerebro aún está en fase de desarrollo.

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Un equipo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), ha estudiado por primera vez la relación entre diferentes dosis de campos electromagnéticos de radiofrecuencia (CEM-RF) con los volúmenes cerebrales de más de 2.500 adolescentes holandeses. Los resultados han descartado una relación negativa entre ambos.

Relación entre el uso de los móviles y el cerebro adolescentes

El uso de dispositivos móviles por parte de niños y niñas lleva tiempo generando preocupación por sus posibles consecuencias negativas para la salud. Una de las inquietudes es la exposición a los campos electromagnéticos de radiofrecuencia (CEM-RF) emitidos por estos aparatos, ya que el cerebro adolescente está en fase de desarrollo y los menores tendrán largos períodos de exposición si los usan a largo de toda su vida.

La nueva investigación, publicada en la revista Environment International, se propuso analizar alteraciones en los volúmenes del cerebro con un enfoque integrador de varias fuentes de CEM-RF, que permite una evaluación más completa de las posibles afectaciones en el cerebro adolescente.

El estudio se realizó con datos de más de 2.500 niños y niñas de entre 9 y 12 años de la cohorte Generation R Study de Rotterdam (Países Bajos). La madre o el padre informó mediante un cuestionario sobre el uso de dispositivos móviles de su hijo o hija. Se estimó la dosis que recibe el cerebro de diferentes fuentes de CEM-RF y se agruparon según tres patrones de exposición: llamadas telefónicas, usos de pantalla de dispositivos móviles y otros factores ambientales, como las antenas de telefonía móvil. También se realizó una resonancia magnética a los niños y niñas para conocer los volúmenes de diferentes partes del cerebro.

Los resultados no mostraron alteraciones en el volumen del cerebro ni de sus lóbulos, ni tampoco al realizar llamadas telefónicas, el mayor contribuyente a la dosis total de campos electromagnéticos que recibe el cerebro.

Los investigadores sí hallaron un vínculo entre un menor volumen del núcleo caudado –una parte del cerebro que interviene en la memoria y en la coordinación de movimientos– y la dosis de CEM-RF de móvil, tableta y ordenador portátil, cuando se usaban para navegar por internet mediante conexión wifi.

Alba Cabré, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio señala que aún no conocen el porqué de esta asociación:

«Al navegar por internet en móviles, tabletas o portátiles mediante wifi la exposición del cerebro a CEM-RF es mucho más baja que cuando realizamos llamadas telefónicas, por ejemplo, por la distancia del dispositivo respecto a la cabeza. En cualquier caso, este resultado debe tomarse con muchísima cautela, ya que no se puede descartar la influencia de otros factores o hallazgo casual”.

Por su parte, Mònica Guxens, investigadora de ISGlobal y coordinadora del estudio, señala que una posible explicación de los resultados es la influencia de los factores sociales o individuales relacionados con ciertos usos de los dispositivos móviles y asegura:

“Es necesario realizar más estudios sobre dispositivos de comunicación móvil y sus posibles asociaciones con el desarrollo del cerebro, independientemente de si la relación se debe a la exposición a CEM-RF u otros factores relacionados con su uso”.

«No se puede descartar que la manera de usar los dispositivos móviles pueda relacionarse con alteraciones cerebrales”