Autor: Ivan

  • El uso excesivo de geles hidroalcohólicos puede provocar lesiones en la piel

    La Academia Española de Dermatología y Venereología advierte que el alcohol de los hidrogeles puede eliminar la barrera protectora de la piel y, así, favorecer la aparición de problemas dermatológicos. Por ello, se recomienda priorizar el lavado de manos con agua y jabón ante los geles hidroalcohólicos.

    Frente a la pandemia del COVID-19, las mascarillas y los geles hidroalcohólicos se han convertido en indispensable de la vida diaria de las personas.

    Estas normas, afirman los sanitarios, son totalmente necesarias para eludir contagios del virus. Sin embargo, bien por el abuso de hidrogeles o por una propensión genética a ciertos problemas dermatológicos, los expertos aseguran haber notado un aumento exponencial en casos de dermatitis en niños y alteraciones como el acné en adolescentes.

    Lo que estamos detectando en la consulta es que cada vez más padres preguntan por acné, dermatitis (también denominado eccema) u otras alteraciones cutáneas que están sufriendo sus hijos”, explica el doctor Raúl de Lucas, coordinador del Grupo de Dermatología de la Academia Española de Dermatología y Venereología.

    Hidratarse con alcohol: error

    Según advierte este médico, hay personas que, incluso, utilizan los geles hidroalcohólicos como cremas hidratantes y, precisamente, estos geles actúan de forma contraria.

    Como su propio nombre indica, contienen una base alcohólica que reseca la piel. Su uso descontrolado puede llegar a eliminar el manto lipídico de la piel (lubricante natural de la piel creada por el sebo de los poros y el sudor) y exponerla a lesiones inflamatorias“.

    Por esta razón, los dermatólogos recomiendan priorizar el lavado de manos con agua y jabón antes que usar un hidrogel.

    Además -añade el doctor- cuando se deba utilizar un gel hidroalcohólico, deberá ser sin perfumes, con el objetivo de minimizar el riesgo de reacciones de fotosensibilidad que se pueden dar con más facilidad con la presencia de algunos aromas y esencias“.

    Asimismo, el coordinador del Grupo de Dermatología Pediátrica recuerda que el uso de este tipo de compuestos alcohólicos o el constante lavado de manos demanda una mayor hidratación.

    Es crucial mantener una hidratación adecuada, sobre todo ahora que nos estamos lavando mucho más frecuentemente las manos”, previene.

    Si ya ha aparecido una lesión inflamatoria dermatológica, el doctor Raúl de Lucas recomienda aplicar tratamientos tópicos para que el eccema no se cronifique y evitar usar cremas hidratantes ya que aumenta la comezón de la piel.

    Sin maquillaje y cremas más ligeras

    El uso durante horas de la mascarilla también ha propiciado la aparición de problemas dermatológicos, como la rosácea, la urticaria (picazón) por presión o la dermatitis de contacto o por fricción, señalan los especialistas, pero el acné ha sido el protagonista de los últimos meses en consulta.

    Con la nariz y la boca tapadas, el vapor de la respiración queda atrapado entre la tela de la mascarilla y la cara. Esto acumula el vapor que se genera con la respiración y favorece un ambiente propicio para los gérmenes de la piel. Por esta razón se produce una inflamación de las glándulas sebáceas y el cierre de los poros.

    Ante estos problemas, los dermatólogos aconsejan evitar el uso de maquillaje, ya que genera más oclusión de los poros, además de lavarse la cara con agua templada y usar limpiadores suaves no jabonosos sin fragancias.

    Es fundamental mantener una correcta hidratación, para evitar lesiones cutáneas por fricción, así como adaptar el tipo de crema. Ahora que las pieles se vuelven más grasas debido a la oclusión que genera la mascarilla, hay que optar por cremas más ligeras”, apunta el Dr. De Luca.

    No obstante, si los problemas de la piel persisten, conviene recurrir al dermatólogo para realizar un diagnóstico adecuado, así como un tratamiento específico.

  • Avanza el proyecto de ley sobre el rotulado frontal de los alimentos

    La iniciativa sobre el etiquetado de envases para consumo humano que fija las pautas para una alimentación saludable apunta a que la población se informe de manera rápida y fácil acerca de las propiedades nocivas que poseen algunos de los alimentos que consumen.

    “Los nutrientes advertidos serán sodio, grasas saturadas y azúcares; la base de cálculo se realizará sobre 100 gramos y se incluirá una leyenda sobre edulcorantes”, señaló Paula Español, secretaria de Comercio Interior.

    Argentina eligió el sistema de advertencias, entre los tres sistemas de etiquetado existentes. El mismo  consiste en imágenes gráficas en el frente del paquete, indicando si el producto presenta niveles superiores a los recomendados de sodio, grasas y azúcares. En cuanto al formato, aún resta llegar a un consenso. Las opciones que se estarían contemplando son los sellos negros (utilizado actualmente por Chile y Uruguay) o una lupa (modelo aprobado recientemente en Brasil).

    Según datos de la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS2) realizada en Argentina, siete de cada diez adultos y cuatro de cada diez niños, niñas y adolescentes de entre 5 y 17 años tienen sobrepeso.

    Para la secretaria de Comercio Interior, este proyecto significa “ampliar y defender los derechos a la salud y la información” porque “es una política muy efectiva para avanzar sobre la epidemia de sobrepeso y obesidad que aqueja al mundo entero”.

    Destacó además, “que el 70% de la población mayor de 13 años no lee la información nutricional de los envases” y consideró que “es responsabilidad del Estado garantizar el acceso a información clara, simple y precisa e incentivar a las y los consumidores a elegir alimentos de mejor calidad nutricional”.

    Una encuesta publicada por la FAO sobre la experiencia realizada en Chile, señaló que los sellos del etiquetado influyeron en el 91,6% de los consumidores, ya sea para “elegir alimentos con menos sellos (67,8%), no comprar alimentos con sellos (9,7%), o comprar menos de lo que hubiera comprado si el producto no hubiese tenido sellos (14,1%)”.

    Qué propone la ley

    El proyecto de ley que será considerado la semana que viene en el Senado, establece la colocación de una serie de sellos frontales en los envases de alimentos con alto contenido de sodio, azúcares, grasas saturadas, grasas totales y calorías.

    Además, en el caso de productos que contengan edulcorantes, debe presentar una leyenda precautoria, inmediatamente por debajo de los sellos de advertencia, que informe: “Contiene edulcorantes, No recomendable en niños/as”.

    También se incluiría el contenido de cafeína y una advertencia sobre el consumo por parte de los niños.

    Los valores máximos de azúcares, grasas saturadas, grasas totales y sodio establecidos deben cumplir con los límites establecidos por la Organización Panamericana de la Salud.

    Por otra parte, se exceptúa de la colocación de sellos en la cara principal al azúcar común, aceites vegetales y frutos secos.

    Se obligaría además a las empresas a declarar el contenido cuantitativo de azúcares, entendiéndose como hidratos de carbono simples, en el rotulado nutricional de los alimentos envasados para consumo humano.

    El proyecto de ley prohíbe también, que los alimentos y las bebidas analcohólicas que contengan algún sello de advertencia incorporen información nutricional complementaria; logos o frases con el aval de sociedades científicas o asociaciones civiles; y personajes infantiles, animaciones, celebridades, deportistas, entre otros.

  • Lanzan un programa educativo para promover una alimentación saludable

    Con el objetivo de mejorar y preservar la situación alimentaria y nutricional de la población y garantizar el acceso a información actualizada y científica sobre alimentación saludable, el Ministerio de Desarrollo Social lanza el programa Nacional de Educación Alimentaria “Alimentar saberes”.

    El programa buscar acercar a la población información confiable y garantizar el derecho a elegir alimentos saludables, inocuos, nutritivos, variados, diversos, culturalmente aceptados y mínimamente procesados; optimizando el aprovechamiento de los recursos destinados a la alimentación familiar y comunitaria.

    “Frente a la emergencia provocada por la pandemia de COVID-19, logramos una cobertura importante: hay once millones de personas que reciben asistencia alimentaria. Sabemos que hay un serio problema de calidad nutricional, y por eso vamos a fortalecer la educación alimentaria con este programa, para promover una alimentación segura y saludable”, informó Daniel Arroyo, ministro de Desarrollo Social de la Nación.

    Además de promover un estilo de vida saludable y el mejoramiento de las condiciones alimentarias y nutricionales, este programa apunta a revalorizar la cultura alimentaria de las comunidades.

    Entre otras cosas, esta campaña hace hincapié en la utilización de alimentos frescos, evitar el exceso de sal, azúcares y grasas así como en la importancia del consumo de agua segura. 

    Según el programa alimentario, para una alimentación sana, segura y saludable “hay que comer todo tipo de alimentos que nos aporten los nutrientes y energía necesarios. Las frutas y verduras son importantísimas. Tratá de comer las que sean de estación, son más baratas y de mejor calidad. Por ejemplo, en primavera: ananá, frutilla, banana, manzana, duraznos, peras, alcauciles, radicheta, repollo, zapallito, espinaca, tomate, puerro. Incorporarlas al desayuno y la merienda en jugos y licuados con agua o leche, siempre es una buena alternativa”. “También es importante sumar alimentos frescos como carnes, leche, yogur y quesos. Los huevos siempre son una buena opción. Tienen proteínas de buena calidad, vitaminas, minerales y grasas. Son nutritivos y accesibles. Y los podés comer en cualquiera de las comidas del día. A todo esto, podés sumar legumbres, cereales, papas, pan y pastas”.

    Por último, los especialistas del programa aconsejan, “siempre tener en cuenta que tener una huerta propia o comprar productos que vengan de la agricultura familiar y la economía popular es una garantía para acceder a alimentos frescos y saludables a precios accesibles”.

  • El tratamiento con metformina para la diabetes tipo 2, vinculado a un deterioro cognitivo más lento

    Una nueva investigación, realizada durante seis años en el Sydney Memory and Aging Study y dirigida por investigadores del Instituto Garvan de Investigación Médica y el Centro para el Envejecimiento Cerebral Saludable, en Syndey, ha revelado un nuevo efecto de la metformina según el cual las personas con diabetes tipo 2 que lo usaron experimentaron un deterioro cognitivo más lento con una menor tasas de demencia que aquellos que no usaron el medicamento.

    Los hallazgos, que se publicaron en la revista ‘Diabetes Care’, brindan una nueva esperanza para un medio de reducir el riesgo de demencia en las personas con diabetes tipo 2 y, potencialmente, en las personas sin diabetes, que suman casi 47 millones de personas en todo el mundo.

    “Hemos revelado el nuevo potencial prometedor de un medicamento seguro y ampliamente utilizado, que podría cambiar la vida de los pacientes en riesgo de demencia y sus familias, dice la primera autora, la profesora Katherine Samaras, líder del tema de investigación sobre el envejecimiento saludable en el Instituto Garvan y endocrinóloga del Hospital St Vincent de Sydney. Para aquellos con diabetes tipo 2, la metformina puede agregar algo más a la reducción estándar de glucosa en cuidado de la diabetes: un beneficio para la salud cognitiva”.

    Durante la investigación, se analizaron los datos de 123 participantes que tenían diabetes tipo 2 y 67 recibieron metformina para reducir los niveles de azúcar en sangre. Los investigadores probaron la función cognitiva cada dos años, utilizando evaluaciones detalladas que midieron la cognición en una serie de capacidades, incluida la memoria, la función ejecutiva, la atención y la velocidad, y el lenguaje.

    Los hallazgos revelaron que las personas con diabetes tipo 2 que tomaban metformina tenían un deterioro cognitivo significativamente más lento y un menor riesgo de demencia en comparación con las que no tomaban metformina. 

    La metformina es el tratamiento de primera línea para la mayoría de los casos de diabetes tipo 2 y uno de los medicamentos más comúnmente recetados en todo el mundo, y millones de personas lo utilizan para optimizar sus niveles de glucosa en sangre.

    La diabetes tipo 2 ocurre cuando el cuerpo ya no puede producir suficiente insulina para satisfacer sus necesidades, lo que deja a las personas afectadas incapaces de mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de un rango normal. Esto puede provocar complicaciones de salud a largo plazo, incluido el deterioro cognitivo.

    “A medida que envejecen, las personas que viven con diabetes tipo 2 tienen un asombroso 60% de riesgo de desarrollar demencia, una afección devastadora que afecta el pensamiento, el comportamiento, la capacidad para realizar las tareas diarias y la capacidad para mantener la independencia. Esto tiene una inmensa influencia personal, familiar, impactos económicos y sociales”, dice la profesora Samaras.

    Los estudios realizados durante la última década han revelado evidencia del beneficio de la metformina en el cáncer, las enfermedades cardíacas, el síndrome de ovario poliquístico y el control del peso. Si bien el estudio actual sugiere que la metformina puede tener beneficios cognitivos para las personas que viven con diabetes tipo 2, los investigadores dicen que también puede beneficiar a las personas en riesgo de deterioro cognitivo en general.

    “Para establecer un efecto definitivo, ahora estamos planeando un gran ensayo controlado aleatorio de metformina en personas con riesgo de demencia y evaluar su función cognitiva durante tres años, anuncia Samaras. Esto puede traducirse en que podamos reutilizar este medicamento barato con una seguridad sólida perfil para ayudar a prevenir el deterioro cognitivo en las personas mayores”.

    Por su parte, el profesor Perminder Sachdev, autor principal del estudio y codirector de CHeBA, apunta que, “si bien un estudio observacional no proporciona una ‘prueba’ concluyente de que la metformina protege contra la demencia, sí nos anima a estudiar este y otros tratamientos antidiabéticos para la prevención de la demencia. Incluso se ha sugerido que la metformina es antienvejecimiento. La pregunta intrigante es si la metformina es útil en personas con un metabolismo normal de la glucosa –se cuestiona–. Es evidente que se necesita más investigación”.

  • Malnutrición y obesidad

    La malnutrición se percibe a menudo como una enfermedad que afecta principalmente a las personas que tienen un peso inferior al normal, mientras que se da por hecho que no es uno de los problemas de salud que afectan a la gente obesa que está sobrealimentada.

    Sin embargo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la malnutrición afecta más de cuatro veces más a los sujetos con sobrepeso u obesidad que a los tienen un peso por debajo del considerado normal.

    Un estudio reciente, dedicado a examinar la incidencia de la enfermedad coronaria aguda, se ha determinado no solo que la malnutrición es un importante factor de riesgo para desarrollar dicha enfermedad, sino que además alrededor de la mitad de los sujetos de estudio a los que se encontró malnutridos tenían sobrepeso u obesidad.

    Los doctores Andrew M. Freeman, de la División de Cardiología de NJH (National Jewish Health) en la ciudad estadounidense de Denver, y Monica Aggarwal, de la Universidad de Florida en la ciudad estadounidense de Gainesville, alertan de que no se presta suficiente atención al problema de la malnutrición entre los obesos. La malnutrición se define como la nutrición defectuosa debida a la ingestión inadecuada o desequilibrada de nutrientes. Por lo tanto, se puede llegar a la malnutrición comiendo menos de lo necesario, pero también comiendo en exceso.

    “La malnutrición es un problema de salud poco reconocido y poco tratado en pacientes con un índice de masa corporal elevado, ya que el aumento de la circunferencia abdominal se confunde con demasiada frecuencia con la sobrealimentación en vez de identificarse correctamente con la malnutrición”, explica el Dr. Freeman. “Es importante desterrar la idea de que el peso está correlacionado con la calidad de la alimentación y que los pacientes obesos no corren riesgo de malnutrición”.

    Es por eso importante que “las personas se sometan a evaluaciones nutricionales y que se les ofrezca asesoramiento y recursos a fin de asegurar que están tomando los nutrientes adecuados para alimentar adecuadamente su cuerpo”, subraya el Dr. Freeman. “Si no se trata, la malnutrición conduce a graves problemas de salud como la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardíacas”. 

  • Visión: el exceso de pantallas repercute en la salud de los ojos

    Este 8 de octubre se celebró el Día Mundial de la Visión. El lema de la campaña de este año fue “Visión Primero” para concientizar que más de mil millones de personas en el mundo no pueden ver bien porque no tienen acceso a anteojos.

    El Dr. Rogelio Ribes Escudero, médico oftalmólogo, especialista en córnea y superficie ocular., y Jefe del equipo de trasplante de córnea del Hospital Alemán, resaltó que casi un tercio de la población, es decir unos 2200 millones de personas, tienen algún tipo de deficiencia visual o ceguera, de las cuales al menos mil millones poseen una carencia visual que podría haberse evitado o que aún no ha sido tratada.

    Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los problemas más frecuentes son miopía (2600 millones de personas), presbicia (1800 millones), degeneración macular (196 millones), retinopatía diabética (146 millones), glaucoma (76 millones) y tracoma (2,5 millones).

    Este año, el día mundial de la visión nos encuentra confinados y con los ojos pegados a una pantalla ya sea celular, televisor, computadora o tablet. Los efectos de estos equipos en los ojos se pueden dividir en tres: los que acontecen en las lágrimas y superficie ocular, los producidos por la luz emitida y los que repercuten en los lentes propios de los ojos.

    Cuando realizamos una actividad en donde se fija la vista de cerca, los parpadeos disminuyen a la mitad y decrece la difusión de la lágrima sobre la superficie ocular, razón por la cual se genera un ojo seco. Esta es una patología cada vez más frecuente y los tratamientos actuales se orientan a aumentar la calidad y cantidad de lágrimas. 

    Respecto de la luz azul, aún no queda claro si esta luz que emiten los dispositivos electrónicos es de suficiente intensidad para provocar daño retinal. Lo que sí se sabe es que puede disminuir la síntesis de melatonina, la hormona inductora del sueño. Por eso, se recomienda no utilizarlos, al menos, 2-3 horas antes de dormir.

    Por otro lado, el empleo de estos dispositivos genera un esfuerzo en el músculo ciliar, que es el encargado de realizar el enfoque de cerca. Al contraerse, aumenta las dioptrías de magnificación del cristalino, proceso conocido como acomodación. El problema es que se pasa tanto tiempo haciendo actividades de cerca que se genera un espasmo y contractura de este músculo, promoviendo visión borrosa transitoria y cefaleas en pacientes jóvenes. Es como ejercitar un mismo músculo en el gimnasio durante 8 a 10 horas por día, en algún momento se va a acalambrar. Por eso, la Academia Americana de Oftalmología sugiere que se adhiera a la regla “20-20-20”: cada 20 minutos, tomar un descanso de 20 segundos y ver algo a más de 6 metros.

  • Café, ¿amigo o enemigo para la salud?

    Existen una serie de mitos y verdades sobre esta bebida, cuyo consumo se popularizó originalmente en el mundo árabe alrededor del siglo XV.

    El café es una bebida que los argentinos consumimos a diario, ya sea solo, con leche o en diferentes preparaciones.

    El grano de café tiene su origen en Etiopía, pero con el pasar de los años se fue popularizando, hay plantaciones en diferentes regiones de América, especialmente, en Colombia, Perú y Brasil, entre otros. En Argentina es una bebida que se consume a diario, principalmente por la mañana. Pero, ahora bien, ¿es saludable?.

    Como se sabe, el exceso del consumo de cualquier tipo de alimento o bebida genera efectos poco beneficiosos. En cuanto a lo que el café se refiere, se podría afirmar que, si se consume molido y filtrado por uno mismo, y se trata de granos de excelente calidad, es mejor que los de origen instantáneo con agregados de conservantes y de azúcar.

    El café no se recomienda en pacientes que sufren de intestino irritable, acidez y de úlcera gastrointestinal, debido a que es bastante irritante de la mucosa gástrica, además, en altas dosis, puede generar insomnio, cefaleas, efecto laxante e hipertensión arterial, entre otras complicaciones. Por lo tanto, hay que tener cuidado en personas con antecedentes.

    Entre sus beneficios, sobresalen su efecto antioxidante y antinflamatorio por su concentración de flavonoides, obviamente, si va acompañado por un estilo de vida saludable.

    Por otra parte, no tendría un efecto vascular favorable, aunque sí sus flavonoides. Un estudio que compara el efecto arterial tras la ingesta de dos tazas de café versus dos tazas de café descafeinado, este último posee efecto vasodilatador a causa de estas sustancias y no por la cafeína. Según este mismo estudio, un café preparado al estilo griego o turco, filtrado y puro, tendría efectos beneficiosos a nivel vascular. En un trabajo reciente, doble ciego, sobre el uso de café a dosis moderadas, su efecto cardiovascular resultó levemente beneficioso.

    Por lo tanto, hay factores positivos y negativos en el café, depende mucho de la dosis, la calidad y la forma de preparación.

    En líneas generales, el café, especialmente el molido por uno mismo y de buena calidad, puede proteger frente a ciertas enfermedades crónicas siempre y cuando se mantenga una vida saludable, se realice actividad física, se respeten las horas de sueño, haya reducción del estrés, conectividad social y eliminación de tóxicos como el tabaquismo y alcoholismo. Se observó que disminuye la mortalidad a largo plazo, la incidencia de diabetes tipo 2, Parkinson, Alzheimer, cirrosis, cáncer de próstata y de hígado, y depresión en mujeres.

    Es importante la dosis recomendada de cafeína. Exagerar con esta última no es una buena idea, ya que sus efectos nocivos son taquicardia, hipertensión, acidez estomacal, efecto laxante y diurético, entre otros. La dosis diaria recomendada no debe superar las cuatro tazas o los 400 miligramos.

    Si se ingiere más de esta cantidad recomendada, pueden aparecer cuadros de migraña, insomnio, nerviosismo, irritabilidad, agitación, micción frecuente o incapacidad para controlar las micciones, malestar estomacal, taquicardia y temblor muscular.

  • Covid-19 y diabetes

    Durante el encuentro anual de la Asociación Europea para el Estudio de Diabetes se presentó evidencia del impacto que el nuevo coronavirus tiene en las personas con diabetes. En la Argentina, esta enfermedad es la comorbilidad más frecuente en fallecidos por Covid-19 menores de 60 años.

    La enfermedad por Covid 19 fue definida como pandemia por la Organización Mundial de la Salud el 11 de marzo del 2020. En un largo semestre, la medicina está aprendiendo sobre la marcha.

    En nuestro país se hace cada vez más difícil hacer respetar el aislamiento social, que es lo más concreto que tenemos en prevenir contagios. Las personas con afecciones médicas preexistentes como la diabetes, han mostrado ser más vulnerables a la infección por Covid, y por ello se las incluye entre los grupos de riesgo.

    Reportes epidemiológicos internacionales arrojan que en la población general, el 85% de los que se infecten serán asintomáticos o con síntomas leves y el 15% desarrollaran enfermedad y la tercera parte de ellos formas graves.

    Por otro lado, en la práctica médica personal estamos viendo aparición de diabetes en el contexto de enfermarse por Covid, lo que sugiere su agresión directa al páncreas por mecanismos que se están dilucidando.

    La revista The Lancet Diabetes & Endocrinology publicó en su ultima edición una encuesta realizada en Reino Unido, que reportó que el 30% de las muertes debidas al Covid, ocurrió en personas con diabetes y los niveles altos de glucosa en sangre se asociaron a malos resultados. Aquellos con diabetes tipo 1 tenían un riesgo de muerte casi tres veces mayor y aquellas con diabetes tipo 2 casi dos veces mayor de evolución fatal. Datos similares fueron aportados en el congreso europeo de diabetes en septiembre.

    En nuestro país, la revista Argentina de Salud Pública, en su edición del 4 de agosto y en base a los primeros 116.974 casos presentó que la hipertensión arterial fue la comorbilidad más informada en casos confirmados de Covid (15,8%) y en fallecidos de más de 60 años (58,7%) .Mientras que, en fallecidos menores a los 60 años, la comorbilidad más frecuente fue la diabetes. Tres de cada diez (29,9%) de los muertos “jóvenes” por Covid tenían esta enfermedad.

    Cuando las personas con diabetes desarrollan enfermedad por Covid, se vio mejor pronóstico en aquellos que tenían valores satisfactorios y estables de glucosa en sangre.

    El 12,7 % de las personas mayores de 18 años en Argentina tiene diabetes. Ante esto, desde el ámbito laboral, tanto público como privado, es imperativo respetar las pautas legislativas vigentes, garantizar en idénticos ámbitos la oportuna provisión de medicamentos e insumos.

    Sabemos que un mejor estado metabólico minimiza que la infección se convierta en enfermedad por Covid 19 y que en caso de enfermarse tenga mejor evolución. Un desafío para la persona y la sociedad que la contiene.

    Algunas recomendaciones especiales para las personas con diabetes que se plasmaron en las consideraciones la Task force de desastres de la Federación Internacional de diabetes para Sur y Centro América: cumplir estrictamente las recomendaciones médicas, que incluyen saber cuando concurrir a instituciones hospitalarias o convocar a servicios de salud; asegurarse de tener, a tiempo, suficientes medicamentos e insumos; estar conectados con asociaciones dedicadas al cuidado de la diabetes y personas con idéntica condición ante demoras o problemas logísticos en la provisión habitual; tener a mano productos azucarados para afrontar hipoglucemias; estar atentos y acatar las recomendaciones que emanen de las autoridades competentes.

  • Las personas que viven cerca de industrias contaminantes tienen un mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal

    Investigadores del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) en el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, han investigado si el hecho de residir cerca de industrias contaminantes podría tener una influencia en la frecuencia del cáncer colorrectal.

    Los resultados del estudio, publicado recientemente en Environment International, sugieren un incremento del riesgo de este tipo de cáncer en personas que viven cerca de determinadas industrias.

    Aunque el cáncer colorrectal es el tercer tumor maligno más frecuente en hombres y el segundo en mujeres a nivel mundial, los factores de riesgo modificables conocidos, como son el elevado consumo de carnes rojas y procesadas, tabaco, consumo excesivo de alcohol, obesidad o sedentarismo, explicarían en torno al 45-58% de los casos observados. Por tanto, los investigadores apuntan la posibilidad de que puedan existir otros factores que serían responsables de la variación restante.

    “La proximidad residencial a instalaciones industriales que emiten sustancias tóxicas al medio ambiente y generan residuos peligrosos podría ser una fuente potencial de exposición a carcinógenos reconocidos y sospechosos relacionados con un incremento en el riesgo de cáncer colorrectal” afirma Marina Pollán, directora científica del CIBERESP y una de las coordinadoras del estudio.

    En esta investigación, participaron 557 personas con cáncer colorrectal (casos) y 2948 personas sanas (controles) de 11 provincias españolas, a las que se les proporcionó un cuestionario epidemiológico que incluía información sobre historia personal, familiar, residencial y laboral. Por otro lado, los datos sobre contaminación industrial se obtuvieron del Registro Estatal de Emisiones Contaminantes, que incluyó información sobre cantidades de emisiones de contaminantes y localización geográfica de 134 instalaciones industriales ubicadas en las zonas de estudio.

    Para evaluar el exceso de riesgo en el entorno de las industrias se geocodificaron los domicilios de los participantes del estudio y las instalaciones industriales, y se calculó la distancia entre ellos. Finalmente, se comparó si existía una mayor proporción de casos de cáncer colorrectal frente a controles sanos en las áreas próximas a industrias (entre 1 km y 3 km) que en la zona de referencia (3 km) donde no existía ningún foco industrial cerca.

    Los resultados mostraron un exceso de riesgo en el conjunto de todas las industrias, que osciló entre un 26% (para un radio de 3 km) y un 103% (para un radio de 1 km), y las industrias que emitieron contaminantes al aire mostraron un mayor riesgo que aquellas que sólo emitieron contaminantes al agua. En particular, se detectaron asociaciones significativas entre riesgo de cáncer colorrectal y proximidad residencial a: industrias del metal (producción/tratamiento de metales y tratamiento de superficies metálicas y plásticas), instalaciones de fabricación de vidrio y fibras minerales, industria química (producción de químicos orgánicos e inorgánicos), instalaciones de fabricación de alimentos y bebidas e instalaciones de tratamiento de superficies con disolventes orgánicos; e industrias emisoras de determinados carcinógenos reconocidos y sospechosos (arsénico, cadmio, cromo, níquel, diclorometano, plomo, material particulado PM10 y partículas totales en suspensión) y otras sustancias tóxicas (antimonio, cobre, manganeso, compuestos organoestánicos, vanadio, zinc, naftaleno, compuestos orgánicos volátiles distintos del metano y nonilfenol).

    Los autores del estudio, liderados por Javier García-Pérez y Marina Pollán, recalcan que al interpretar los resultados es importante tener en cuenta que la distancia a las industrias es solamente una medida “aproximada” de exposición, que podría no reflejar de forma adecuada la exposición real. “Nuestro trabajo pone de manifiesto un exceso de riesgo en el entorno de estas instalaciones y aunque algunos de los resultados obtenidos son coherentes con estudios realizados en el laboratorio, son necesarios estudios adicionales que afinen en la medida de exposición a la hora de extraer conclusiones. El estudio supone un primer paso en un área de gran interés y difícil de abordar en estudios epidemiológicos”, señalan los investigadores.

  • Cuidar el corazón: lo que sí debes y lo que no

    Con ocasión del Día mundial del Corazón, el 29 de septiembre, los cardiólogos recuerdan que las dolencias asociadas a su mal funcionamiento, las cardiovasculares, constituyen la primera causa de muerte en el mundo, por delante del cáncer y las enfermedades respiratorias.

    Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los fallecimientos ascienden a 17,5 millones al año en el mundo. El  80 % de los infartos y accidentes cerebrovasculares prematuros son prevenibles. Pero las dolencias pueden no aparecer hasta que la enfermedad esté muy avanzada.

    La Fundación Española del Corazón indica que contamos con herramientas para cuidar el corazón y ganar la batalla, empezando por nosotros mismos.

    Gregorio Varela, catedrático de Nutrición de la Universidad CEU- San Pablo y presidente de la Fundación Española de Nutrición, ha explicado que se conocen un 70 % de las causas por las cuales se puede tener un problema cardiovascular. De este 70 por ciento de factores conocidos, ajenos a la genética, prácticamente un 60 % corresponden a alimentación y estilos de vida. De ellas, se conoce mejor la influencia de los factores dietéticos y estilos de vida y por lo tanto se puede intervenir.

    La alimentación saludable es uno de los pilares de la prevención cardiovascular porque a través de lo que comemos podemos mejorar nuestra salud cardiovascular. Pero al contrario, también podemos perjudicarla si elegimos productos poco saludables, con alto contenido en grasas saturadas, azúcar o sal. Por eso, es importante reducir el consumo de bebidas y zumos azucarados recordando que la opción más recomendable es el agua. Limitar el consumo de alimentos procesados y envasados, ya que suelen tener un alto contenido en sal, azúcar y grasa. E incluir en la alimentación pescados, legumbres y frutos secos, estos últimos en pequeñas cantidades.

    Gregorio Varela indica que hasta hace pocos años únicamente se hablaba de la cantidad total de grasas que se debían ingerir, y se decía que no debía superarse el 30 % del total de las calorías ingeridas. Pero cuando se pudo cuantificar y analizar el tipo de grasas en los alimentos, es cuando se empezó a hablar de los ácidos grasos saturados, los  polinsaturados y los monoinsaturados.

    “Los que normalmente han sido los malos de la película, entre comillas, son las grasas saturadas, y digo han sido porque ahora ya tampoco se puede simplificar y decir que todas las grasas saturadas son malas y desterrémoslas”.

    En su conjunto, advierte el nutricionista, las grasas saturadas serían las más perjudiciales desde el punto de vista de la salud cardiovascular y no deberían suponer más de un 8 o 10 % del total de las kilocalorías que ingerimos cada día. Estas grasas se encuentran en alimentos de origen animal, carnes rojas 0 carnes procesadas como los embutidos.

    Junto a la alimentación saludable, el ejercicio se destaca como el otro elemento de la ecuación para cuidar tu corazón, tener un mejor estado de salud general y cardiovascular en particular.

    Realizando al menos 30 minutos de actividad física moderada o intensa cinco veces a la semana, o bien al menos 75 minutos de actividad física vigorosa repartida a lo largo de la semana, estarás dándole vida a tu corazón. Lo importante es mantenerse en movimiento y activo.

    El riesgo a padecer una enfermedad coronaria también se reduce sustancialmente dejando de fumar. Además dejar de fumar mejora tu salud, tu calidad de vida y también la de aquellos que te rodean.

    Todos los cardiólogos coinciden en señalar al estrés como otro gran enemigo del corazón. Es un factor de riesgo indirecto porque aumenta la probabilidad de sufrir enfermedades como la obesidad, la diabetes, el tabaquismo o el sedentarismo.

    Y se ha observado que el estrés es un desencadenante de accidentes cardiovasculares en personas con un alto riesgo o que hayan sufrido algún evento antes.

    Para controlar el estrés es importante aprender a identificarlo, además de seguir las adecuadas estrategias psicológicas que puede proporcionar un profesional. Y ayuda realizar actividad física de manera frecuente y seguir unos buenos hábitos de higiene del sueño.

    Las enfermedades cardiacas tienen diversas formas de manifestarse, y los síntomas van a depender de qué estructura del corazón esté implicada: los vasos sanguíneos, las válvulas, el músculo o el sistema eléctrico.

    El dolor torácico 

    Es la manifestación principal en caso de infarto de miocardio o angina de pecho, y se caracteriza por un dolor similar a un peso o presión en la zona del esternón, que no se modifica con los movimientos o la respiración.

    Suele aparecer de forma súbita y no desaparece si se está produciendo un infarto, mientras que suele desencadenarse con el esfuerzo y cede con el reposo en 10-15 minutos en caso de la angina.

    Es habitual que el dolor se extienda hacia el brazo izquierdo, pero también hacia el cuello, la mandíbula y la espalda..

    En caso de infarto es frecuente que el dolor se asocie a un intenso malestar, sudor frío y náuseas o vómitos.

    Disnea o sensación de ahogo o fatiga

    Aparece inicialmente con el esfuerzo, pero a medida que la enfermedad progresa surge con pequeñas actividades.

    Este síntoma puede estar presente en una gran cantidad de enfermedades cardiacas y por lo general traduce un estado avanzado de la enfermedad.

    Palpitaciones

    Consisten en la percepción anómala de los latidos cardíacos, que pueden estar acelerados, enlentecidos o incluso ausentes.

    Dependiendo del tipo de arritmia y de la función cardiaca de la persona, pueden notarse solo las palpitaciones o pueden ir acompañadas de otros síntomas.

    Pérdida de conocimiento o mareos

    Acontece de forma brusca y sin notar síntomas previos.

    Puede reflejar situaciones graves, como un infarto de miocardio, una arritmia “maligna” o un enlentecimiento excesivo del ritmo del corazón.