Autor: Ivan

  • Humo de tercera mano. ¿Por qué es tan perjudicial para los niños?

    El humo de primera mano es inhalado por el fumador, generando un daño en las vías áreas y de forma sistémica, en función de su absorción. El humo de segunda mano, es la suma del humo que es exhalado por el fumador y el producto de combustión que se genera por la colilla de cigarrillo. Éste contiene más de 69 partículas tóxicas cancerígenas, metales pesados y otras sustancias. 

    El humo de tercera mano se corresponde a todas las partículas provenientes del humo de segunda mano junto a otras generadas mediante reacciones químicas, entre la nicotina que es exhalada y los productos del aire ambiental que se depositan en todas las superficies de los ambientes donde hubo tabaquistas. 

    Los niños que suelen gatear o sentarse en el piso, tocan todo y se llevan la mano a la boca, son la población más vulnerable. Cuando un niño abraza a una persona tabaquista, inhala y absorbe partículas del humo de tercera mano adheridos a la ropa, piel y pelo del fumador. Este humo persiste más de 19 meses en la ropa, las telas y las distintas superficies cercanas donde una persona ha fumado.

    La Dra. Ana María Balanzat, miembro de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), médica pediatra neumonóloga, directora de la carrera médica especialista en pediatría en el Departamento de Pediatría del Hospital de Clínicas “José de San Martín, afirma: “Es claro que nadie dejaría que un niño se acerque a un enchufe o juegue con algo peligroso. Ahora, cuando un familiar fumador, especialmente en estas épocas de cuarentena, sale a fumar un cigarrillo ¿se toma luego una ducha y lava toda su ropa? Es bastante improbable, y lo que seguramente no sabe es que está ingresando humo de tercera mano a su hogar y poniendo en riesgo la salud de los más pequeños de la casa”.

    Está demostrado que en época de cuarentena son los niños quienes están más expuestos al humo de tabaco en general. En algunos casos, aunque los adultos salgan para fumar o no lo hagan delante de los más pequeños, el humo de tercera mano les resulta perjudicial para su salud. 

    Algunos daños pueden ser:

    -Mayor prevalencia de muerte súbita: cuando los lactantes duermen boca arriba y viven en casas absolutamente libres de humo de cigarrillo, disminuye significativamente el riesgo de muerte súbita.

    – Más dificultades a nivel escolar que también se asocian con trastornos de conducta. Son chicos más irritables y excitados, más hiperactivos y agresivos.

    – Mayor prevalencia de enfermedades oncológicas, especialmente leucemia, y mayor cantidad de caries, entre otras enfermedades.

    – Mayor frecuencia y severidad de infecciones respiratorias por neumonías y bronquiolitis con mayor riesgo de ingresar a terapia intensiva.

    – Mayor prevalencia de otitis y roncadores.

    – Mayor cantidad de enfermedades alérgicas tanto a nivel de la piel como a nivel respiratorio.

    – En el caso de los chicos con asma, se dificulta controlar la enfermedad, presentan más síntomas, requieren mayor cantidad de corticoides y, en general, el tratamiento controlador es menos eficaz.

    El tema es complejo y por lo tanto es muy importante que, junto a los hábitos de limpieza que debemos tener dentro de nuestros hogares, sumemos el mantener al hogar libre de humo. 

  • Zoonosis, una amenaza siempre latente.

    A raíz de la actual pandemia por el Covid-19, se ha despertado mundialmente gran preocupación por las zoonosis, debido a la posible implicación de los murciélagos en el origen del virus en China.

    La Organización Mundial de la Salud define a las zoonosis como aquellas enfermedades e infecciones transmitidas de manera natural entre animales vertebrados y seres humanos. Representan un problema de salud pública debido a que afectan a una gran parte de la población tanto en zonas urbanas como rurales, produciendo un riesgo en la interfaz entre el ser humano y los animales a través de la exposición directa o indirecta a los animales, su entorno y los productos derivados de estos, como carne, leche, huevo. 

    En muchos casos, estas enfermedades pueden llevar a la muerte. Los sectores sociales más golpeados son aquellos que cuentan con peor alimentación, higiene y con un sistema sanitario débil. 

    La OMS colabora con entidades asociadas de distintos sectores para evaluar y reducir los riesgos de transmisión de zoonosis al ser humano a través del consumo de productos de origen animal, además de formular recomendaciones dirigidas a los Estados Miembros y a la población acerca del modo de reducir esos riesgos en la cadena alimentaria.

    Los primeros reportes que se realizaron en China, describieron la infección en personas que habían estado expuestas al nuevo coronavirus en el Mercado de Mariscos de Huanan. Esto llevó a que se considerara que el nuevo coronavirus, SARS-CoV-2, posiblemente se haya originado en dicho mercado. Se cree que la transmisión a los humanos ocurrió en algún momento del proceso de transportación, sacrificio y comercialización de los animales infectados. Específicamente, se sospecha de los murciélagos debido a que estos animales pueden albergar una variedad de coronavirus, incluyendo aquellos conocidos patógenos como el SARS-CoV y el MERS-CoV, asociados con síndromes respiratorios en humanos.

    Un ejemplo de esto es el caso de la Hepatitis viral tipo E. La hepatitis viral es una enfermedad infecciosa que afecta al hígado. Se ha observado que la gravedad de las infecciones por el virus de la hepatitis E suele ser mayor que la de las producidas por el virus de la hepatitis A. Además, la hepatitis viral tipo E afecta principalmente a adultos jóvenes y tiene un alto índice de mortalidad en mujeres embarazadas.

    Actualmente existe una variedad de reportes de otras zoonosis que deben ser monitoreadas para evitar potenciales problemas de salud pública en gran escala como el que estamos viviendo actualmente. 

    Se ha reportado que este virus se transmite desde animales silvestres, animales de zoológicos y animales domésticos hacia los humanos; de hecho, se especula que las mascotas, como perros y gatos, pueden servir también como reservorios de ese virus, lo cual es un importante motivo de investigación. 

    Otro ejemplo es el caso de los patógenos del género Cryptosporidium spp. En este caso no se trata de ningún virus, sino de protozoarios parásitos. Un reporte reciente en España, describió un detallado análisis de los parásitos intestinales del zorro rojo (Vulpes vulpes) de Galicia. En dicho estudio, se identificaron cinco especies de Cryptosporidium, donde destacan: C. hominis y C. parvum, que son patógenos en humanos. La detección de dichos microorganismos sugiere la transmisión activa entre los animales silvestres y los de granja, lo que abre la posibilidad de transmisión al ser humano y la generación de casos de criptosporidiosis.

    La situación que vivimos actualmente por la enfermedad de COVID-19, nos indica que cada país debe ser responsable en identificar y monitorear las enfermedades infecciosas de origen zoonótico que tienen un alto potencial de transmisión entre la población y por todo el planeta. 

  • Detectan deficiencias en la dieta a través del análisis de las proteínas del pelo

    Un estudio, realizado en Estados Unidos y publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), con muestras de pelo de 684 persona demostró que más de la mitad de la población estudiada, principalmente de sectores socioeconómicos más bajos, se alimentan con proteínas de animales provenientes de feedlots o corrales de engorde de ganado, que pueden llegar a ser perjudiciales para la salud humana y causar obesidad.

    Los investigadores, entre los que se encuentra el biólogo del CONICET Luciano Valenzuela, pudieron encontrar la evidencia científica del estudio a través de pelos que se cortan y descartan en las peluquerías y así testear la calidad de la dieta de los distintos sectores socioeconómicos. 

    Entre los resultados que encontraron, pudieron demostrar que la población de estatus económicamente más alto incorpora en su dieta principalmente proteínas vegetales, manteniendo una mejor alimentación y salud. Mientras que la población con menos recursos se alimenta de manera menos saludable. 

     “Así vimos que a medida que aumenta el consumo de proteína animal proveniente de lo que nosotros acá llamamos feedlots, que son producciones industrializadas de proteína animal -grandes producciones de vacas, chanchos, alimentados con maíz-, disminuye el estatus socioeconómico”, señala Valenzuela. Ese promedio de consumo de proteína derivada de feedlots, fue de entre 57 y 75 por ciento en poblaciones de estatus socioeconómico bajo. “Es decir, que las personas con estatus socioeconómico más bajo son las que más están consumiendo este tipo de proteína barata, que se encuentra en hamburguesas, salchichas y otros alimentos ultraprocesados. Y el consumo de estos alimentos va en detrimento de una dieta más balanceada, con más vegetales, frutas, granos”, advierte el científico Luciano Valenzuela. 

    La técnica que utilizaron los científicos para su investigación se llama medición de isótopos estables y se utiliza, en general, para estudiar poblaciones antiguas. Se trata de medir las moléculas de distintos compuestos –en este caso, de nitrógeno y carbono- alojadas en huesos, dientes o pelos. El equipo de investigadores decidió estudiar el pelo porque es de las únicas muestras que no necesita un consentimiento voluntario ni es invasiva. “El pelo es quizás la única muestra de tejido humano que puede encontrarse en basura: tirada en los pisos de peluquería”, señala Valenzuela. Además, el pelo está compuesto principalmente por la proteína queratina, es decir, por aminoácidos que provienen de las proteínas que consumen los seres humanos, y que por ende, dice mucho de su dieta.

    La muestra que utilizaron  fue de peluquerías de 97 ciudades del centro oeste de Estados Unidos, a las que se agregaron otras muestras colectadas en 29 barrios del valle de Salt Lake City, en el Estado de Utah. Les realizaron el análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno. “Todo estuvo basado en los valores isotópicos del pelo y en saber los valores isotópicos de los alimentos –explica Valenzuela-. Conociendo la distribución isotópica de ciertos grupos de alimentos -de la carne, del pollo, del chancho, de las verduras-, lo que hicimos fue convertir esos valores isotópicos a los valores isotópicos de la comida de las personas a partir de su cabello, y calcular proporciones: qué proporción de proteína animal comió cada persona, qué proporción de proteína vegetal”. Una vez realizado esto, relacionaron los valores con los índices de estatus socioeconómicos extraídos de censos nacionales y estatal, llegando a la conclusión que una vez que aumentaba el consumo de proteína animal provenientes de producciones industrializadas de proteína animal (feedlots), disminuye el estatus socioeconómico, “Es decir, que las personas con estatus socioeconómico más bajo son las que más están consumiendo este tipo de proteína barata, que se encuentra en hamburguesas, salchichas y otros alimentos ultraprocesados. Y el consumo de estos alimentos va en detrimento de una dieta más balanceada, con más vegetales, frutas, granos”, advierte el científico.

    El nuevo objetivo de estos investigadores, según el científico argentino, es poder realizar las mismas estimaciones pero en Argentina. Para eso, Valenzuela acaba de lanzar una colecta de pelo de barba. “Elegimos el pelo de barba porque es el pelo que crece más rápido. Entonces, si analizamos el pelo de barba vamos a analizar el pelo que creció sí o sí en cuarentena”. También aclara que este momento de aislamiento es ideal para poder averiguar cómo come la gente y que fuente de agua beben en sus casas. “Con eso queremos armar un archivo de muestras para hacer análisis de isótopos estables. La idea con eso es hacer análisis de carbono y nitrógeno, para hacer interpretaciones de dieta, y también medir isótopos estables de oxígeno e hidrógeno que están relacionados más a la cuestión forense, para tratar de determinar la región de origen. La misma muestra nos va a permitir tener un pantallazo de la población argentina en cuanto a sus hábitos de nutrición, y también de movilidad de las personas, para utilizar en casos forenses”.

  • Frutas cítricas, ricas en vitamina C y antioxidantes

    Las frutas cítricas como el limón, naranja, mandarina, pomelo, son ricas en vitamina C y contienen compuestos bioactivos, beneficiosos para el organismo. 

    Laura Gonzales, Nutricionista, Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Máster en Desarrollo e Innovación de Alimentos., actualmente responsable de Nutrición, Salud y Bienestar de Nestlé España demostró las diversas propiedades que tienen las frutas cítricas, principalmente en sus pieles y en los ácidos cítricos de sus pulpas.

    Estos alimentos, ricos en vitamina C y en compuestos bioactivos, son muy favorables para el organismo. Sobre todo si se consumen crudos y frescos. 

    En cuanto al limón destaca “su alto aporte en vitamina C, fibra y otras sustancias bioactivas. Aunque es importante destacar que la fibra está concentrada principalmente en la parte blanca bajo la cáscara, donde también se concentran otras sustancias muy beneficiosas para la salud, como los limonoides o los flavonoides”. 

    La nutricionista también desestima el mito de beber un vaso de agua con limón en ayunas para la pérdida de peso y la desintoxicación del organismo  “Es cierto que el limón es una fruta cítrica con muy poco contenido calórico y rica en vitamina C y sustancias antioxidantes, pero tomar agua con limón, ya sea fría o templada, en ayunas o en cualquier otro momento del día, no adelgaza ni es detox”, advierte. 

    Frutas como la naranja y la mandarina también se destacan por ser ricas en vitamina C y fuente de fibra. Pero su consumo excesivo en jugos y licuados debe ser medido ya que contienen muchos azúcares que incrementan el riesgo de obesidad. “Masticar los alimentos hace que sus nutrientes, entre ellos los azúcares, se absorban más lentamente, además de aportar una mayor sensación de saciedad. Si se toman en forma de jugo no se debería exceder de un vaso de 150 mililitros al día”, expone la nutricionista.

  • Un fármaco podría revertir síntomas similares al Alzheimer

    Investigadores del Instituto Salk, en Estados Unidos han descubierto con una sustancia química llamada CMS121, revertir síntomas similares al Alzheimer en ratones genéticamente programados para desarrollar la enfermedad.

    La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad cerebral progresiva que destruye las células cerebrales, lo que conduce a la pérdida de memoria y al deterioro del pensamiento y el comportamiento. Estos síntomas son lo suficientemente graves como para restringir la vida y las actividades diarias de una persona. La vejez es el factor de riesgo más grande, y los síntomas generalmente aparecen por primera vez en adultos mayores, a partir de los 60 años. 

    Durante el estudio, los investigadores evaluaron el efecto de la sustancia química llamada fisetina, que se encuentra en frutas y verduras, y que ha demostrado que puede mejorar la memoria. El equipo desarrolló una versión de la fisetina llamada CMS121, demostrando que era eficaz para ralentizar la pérdida de células cerebrales.

    Los científicos le dieron a un grupo de ratones dosis diarias de CMS121. Comenzaron esto cuando los ratones tenían 9 meses de edad, el equivalente a la mediana edad tardía en los humanos, y ya habían comenzado a mostrar síntomas de deterioro de la memoria y el aprendizaje. Los otros dos grupos consistieron en ratones sanos no tratados o ratones no tratados con la enfermedad. Después de 3 meses, cuando los ratones tenían 12 meses, el equipo probó su memoria y comportamiento y analizó indicadores genéticos y moleculares en sus cerebros. Compararon los resultados del grupo CMS121 con los de los ratones no tratados.

    Los resultados revelaron que tanto en las pruebas de memoria como de comportamiento, los ratones con enfermedad similar a la de Alzheimer que recibieron tratamiento con CMS121 se desempeñaron igual de bien que los ratones de control sanos, mientras que los ratones no tratados con la enfermedad tuvieron un desempeño deficiente. No solo eso, sino que los cerebros de los ratones tratados mostraron diferencias a nivel celular y molecular.

    Los investigadores observaron diferencias en los niveles de lípidos (moléculas grasas que desempeñan funciones clave en las células de todo el cuerpo) en ratones con la enfermedad en comparación con los ratones sanos y los tratados con CMS121. Específicamente, descubrieron diferencias en la peroxidación de lípidos, lo que conduce al daño celular.

    Los ratones que recibieron CMC121 y los ratones sanos, tuvieron niveles más bajos de peroxidación de lípidos que los ratones con enfermedad similar a la de Alzheimer.

    “Eso no solo confirmó que la peroxidación lipídica está alterada en el Alzheimer, sino que este fármaco en realidad está normalizando esos cambios”, explica el primer autor del estudio, el Dr. Gamze Ates.

    Los científicos esperan que sus hallazgos lleven a otros investigadores a evaluar compuestos adicionales que pueden tratar la enfermedad de Alzheimer, así como a identificar nuevos objetivos.

  • Impresión en 3D para crear alimentos con propiedades medicinales

    Un estudio publicado en la revista Food Research International, probó el uso de la impresión 3D para la producción de nutracéuticos, conocidos como “alimentos medicinales”. Se trata de un tipo de alimento que se administra de forma oral y que proporciona beneficios para la salud, incluyendo la prevención y el tratamiento de enfermedades.

    El grupo de científicos, liderado por Camila Palla e Ivana Cotabarren, investigadoras del CONICET en la Planta Piloto de Ingeniería Química (PLAPIQUI) y docentes del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Sur (UNS),  demostraron cómo estos alimentos incorporan ciertos compuestos que reducen la inflamación y los niveles de colesterol en plasma.

    El estudio mostró como el  uso de la impresora 3D logra producir alimentos medicinales bajo la mezcla de componentes como un oleogel o material semisólido obtenido a partir de aceite vegetal; y fitoesteroles, nutrientes vegetales con propiedades beneficiosas para la salud. Estos nutrientes son capaces de reducir la inflamación, los niveles del colesterol conocido como “malo” en plasma y aumentar las lipoproteínas de alta densidad. 

    “Las frutas y verduras son componentes fundamentales de una dieta saludable, y disminuyen el riesgo de padecer algunas enfermedades no transmisibles, como las cardiopatías y determinados tipos de cáncer. Sin embargo, los estilos de vida actuales han llevado a una disminución de la ingesta de vegetales y la preparación de alimentos de alto nivel nutritivo, por esta razón desde la ciencia hacemos esfuerzos para crear productos que puedan compensar estas deficiencias y tener un rol importante en la prevención de enfermedades”, afirmó Palla.

  • La oxitocina puede prevenir el surgimiento de la osteoporosis

    En un estudio realizado con ratas al final de su periodo fértil, científicos brasileños lograron revertir ciertos procesos naturales del envejecimiento que llevan a la disminución de la densidad y la resistencia ósea.

    La oxitocina es una sustancia producida por el hipotálamo, también conocida como “la hormona del amor”, ya que se ha descubierto su función como creadora de vínculos en el ser humano y otros mamíferos, y con un papel fundamental en la sensualidad, la afectividad y la sexualidad.

     La investigación realizada en la Universidad Estatal Paulista en Brasil, demostró que dicha hormona revirtió ciertos factores que preceden a la osteoporosis, tales como la disminución de la densidad y la resistencia ósea, y también de sustancias que favorecen la formación de los huesos.

    Publicado en la revista Scientific Reports y con el apoyo de la FAPESP – Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo-, el estudio se centró en la prevención de la osteoporosis primaria y en los mecanismos fisiológicos que ocurren durante el periodo anterior a la menopausia. 

    Rita Mengati Dornelles,  de la Facultad de Odontología de Araçatuba (FOA-Unesp), en donde coordina el Laboratorio de Fisiología Endócrina y Envejecimiento, dependiente del Departamento de Ciencias Básicas de dicha facultad remarcó: “En esa etapa de la vida de la mujer, las medidas de prevención pueden evitar que los huesos se vuelvan frágiles y que se produzcan fracturas, lo cual podría ir en detrimento de la calidad y de la expectativa de vida. Es necesario realizar estudios que apunten hacia la prevención de la osteoporosis durante esa etapa, pues el período posterior a la menopausia representa alrededor de un tercio de la vida y debe vivirse con calidad”, afirmó.

    En el marco de este estudio, los científicos les aplicaron a un grupo de 10 ratas Wistar, tan solo dos dosis de la hormona oxitocina, con 12 horas de diferencia entre una inyección y la otra. Las ratas, que se encontraban cursando el período de la periestropausia -equivalente a la perimenopausia humana-, estaban además en proceso natural de envejecimiento.

    Se pudo observar que los animales a los que se les aplicaron las dosis de oxitocina no mostraron pérdida de la densidad ósea. Distinto fue el caso del grupo de control. “La oxitocina ayuda a modular el ciclo de remodelación ósea de las ratas senescentes. En los animales a los que se les aplicó la hormona se registró un aumento de los marcadores bioquímicos asociados con la renovación del hueso, como la expresión de proteínas que favorecen la formación y la mineralización ósea”, dijo Mengati Dornelles.

     Los investigadores pretenden llevar a cabo en el futuro estudios clínicos sobre el efecto de la oxitocina en la prevención de las osteoporosis en humanos. Mengati Dornelles concluyó que “esta hormona es producida naturalmente en nuestro organismo y ya ha sido sintetizada en laboratorio. Así y todo, será necesario un largo estudio para evaluar la eficacia, la seguridad y también para saber la dosis más indicada de la hormona”.