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  • Visión: el exceso de pantallas repercute en la salud de los ojos

    Este 8 de octubre se celebró el Día Mundial de la Visión. El lema de la campaña de este año fue “Visión Primero” para concientizar que más de mil millones de personas en el mundo no pueden ver bien porque no tienen acceso a anteojos.

    El Dr. Rogelio Ribes Escudero, médico oftalmólogo, especialista en córnea y superficie ocular., y Jefe del equipo de trasplante de córnea del Hospital Alemán, resaltó que casi un tercio de la población, es decir unos 2200 millones de personas, tienen algún tipo de deficiencia visual o ceguera, de las cuales al menos mil millones poseen una carencia visual que podría haberse evitado o que aún no ha sido tratada.

    Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los problemas más frecuentes son miopía (2600 millones de personas), presbicia (1800 millones), degeneración macular (196 millones), retinopatía diabética (146 millones), glaucoma (76 millones) y tracoma (2,5 millones).

    Este año, el día mundial de la visión nos encuentra confinados y con los ojos pegados a una pantalla ya sea celular, televisor, computadora o tablet. Los efectos de estos equipos en los ojos se pueden dividir en tres: los que acontecen en las lágrimas y superficie ocular, los producidos por la luz emitida y los que repercuten en los lentes propios de los ojos.

    Cuando realizamos una actividad en donde se fija la vista de cerca, los parpadeos disminuyen a la mitad y decrece la difusión de la lágrima sobre la superficie ocular, razón por la cual se genera un ojo seco. Esta es una patología cada vez más frecuente y los tratamientos actuales se orientan a aumentar la calidad y cantidad de lágrimas. 

    Respecto de la luz azul, aún no queda claro si esta luz que emiten los dispositivos electrónicos es de suficiente intensidad para provocar daño retinal. Lo que sí se sabe es que puede disminuir la síntesis de melatonina, la hormona inductora del sueño. Por eso, se recomienda no utilizarlos, al menos, 2-3 horas antes de dormir.

    Por otro lado, el empleo de estos dispositivos genera un esfuerzo en el músculo ciliar, que es el encargado de realizar el enfoque de cerca. Al contraerse, aumenta las dioptrías de magnificación del cristalino, proceso conocido como acomodación. El problema es que se pasa tanto tiempo haciendo actividades de cerca que se genera un espasmo y contractura de este músculo, promoviendo visión borrosa transitoria y cefaleas en pacientes jóvenes. Es como ejercitar un mismo músculo en el gimnasio durante 8 a 10 horas por día, en algún momento se va a acalambrar. Por eso, la Academia Americana de Oftalmología sugiere que se adhiera a la regla “20-20-20”: cada 20 minutos, tomar un descanso de 20 segundos y ver algo a más de 6 metros.

  • Síndrome de las piernas inquietas: sin diagnosticar hasta un 90% de los casos

    El síndrome de las piernas inquietas es una patología neurológica crónica que constituye uno de los trastornos del movimiento más comunes. Es una patología con poco porcentaje de diagnóstico y en muchos casos tardío, ya que aproximadamente un 90% de los afectados podrían estar sin diagnosticar.

    También conocida como enfermedad de Willis-Ekbom, se caracteriza porque los pacientes tienen la necesidad urgente de mover las piernas. Esto les provoca molestias, dolor y malestar.

    Estos síntomas, que pueden mejorar o desaparecer con el movimiento, suelen presentarse cuando el paciente se encuentra en estado de reposo, sentado o tumbado.

    Por ello, es muy frecuente que los síntomas empeoren al atardecer o durante la noche. Como consecuencia, los pacientes experimentan interrupción del sueño, problemas para dormir o somnolencia diurna.

    “La gran mayoría de los pacientes que padecen esta enfermedad suelen consultar por primera vez al médico bien por padecer insomnio o debido a la dificultad para conciliar o mantener el sueño”, explica el doctor Pablo Mir, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología.

    Siguiendo al doctor, es importante resaltar que no debe percibirse esta enfermedad como un trastorno del sueño, ya que es una enfermedad crónica que impacta fuertemente sobre la calidad de vida de los pacientes y cuyos síntomas pueden afectar también a las manos y al tronco, en cualquier momento del día.

    Retraso en el diagnóstico

    El síndrome de piernas inquietas es frecuente en la edad adulta, pero también en la adolescencia e infancia. De hecho, un 25% de los pacientes comienzan a experimentar síntomas de la enfermedad a edades tempranas.

    En Europa se estima que entre un 5 y un 10 % de la población adulta y entre un 2 y 4 % de adolescentes padecen esta enfermedad neurológica. A esto hay que añadir que hasta un 20 % de los casos sufren una forma grave de esta patología. En estos casos, los síntomas suelen empezar antes de los 20 años.

    Actualmente, además del alto número de casos que hay sin diagnosticar, pueden transcurrir periodos de incluso 10 años hasta que se realiza un diagnóstico correcto de la enfermedad.

    Los retrasos más frecuentes que existen son en la edad pediátrica. Estos se dan principalmente por la incapacidad tanto del niño como de los padres de identificar los síntomas, que en ocasiones son interpretados como un exceso de energía o inquietud.

    Además, cuando el síndrome de piernas inquietas se inicia en edades tempranas los síntomas no siempre aparecen por la noche. Pueden aparecer en cualquier momento del día y especialmente cuando los niños están sentados.

    ¿Cuáles son los síntomas del síndrome de las piernas inquietas?

    El curso del síndrome es progresivo. Los pacientes, al inicio pasan por etapas de mejoría y empeoramiento de los síntomas. Con el paso del tiempo estos van empeorando, siendo cada vez más intensos, pudiendo manifestarse en cualquier momento del día.

    “Como consecuencia, padecer dolor intenso, insomnio, depresión y/o ansiedad es muy frecuente entre los pacientes. Pero también incide en las relaciones sociales y laborales y en general, en la calidad de vida del paciente”, apunta el doctor Mir.

    Es muy importante el diagnóstico precoz para mejorar la calidad de vida de los afectados, la comorbilidad (dos o más trastornos que concurren en una misma persona) y reducir el impacto laboral asociado a la enfermedad.

    Por estos motivos, el coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento recomienda llevar a cabo actividades motoras o terapias enfocadas a mejorar la salud mental, ya que pueden mejorar los síntomas.

    También hay que tener en cuenta que algunos síntomas del síndrome pueden producirse como consecuencia secundaria a otras patologías como lo son el déficit de hierro, embarazo, problemas renales, diabetes, enfermedades neurodegenerativas o enfermedades psiquiátricas, entre otros.

    Los síntomas de la enfermedad son frecuentes principalmente en pacientes que presentan insuficiencia renal (hasta en un 50 % de los casos), en mujeres embarazadas (19 %) y en personas que sufren párkinson, esclerosis múltiple, migraña, neuropatías, etc.

    Algunos fármacos como los antihistamínicos, antidepresivos o antidopaminérgicos pueden desencadenar o agravar los síntomas.

  • Café, ¿amigo o enemigo para la salud?

    Existen una serie de mitos y verdades sobre esta bebida, cuyo consumo se popularizó originalmente en el mundo árabe alrededor del siglo XV.

    El café es una bebida que los argentinos consumimos a diario, ya sea solo, con leche o en diferentes preparaciones.

    El grano de café tiene su origen en Etiopía, pero con el pasar de los años se fue popularizando, hay plantaciones en diferentes regiones de América, especialmente, en Colombia, Perú y Brasil, entre otros. En Argentina es una bebida que se consume a diario, principalmente por la mañana. Pero, ahora bien, ¿es saludable?.

    Como se sabe, el exceso del consumo de cualquier tipo de alimento o bebida genera efectos poco beneficiosos. En cuanto a lo que el café se refiere, se podría afirmar que, si se consume molido y filtrado por uno mismo, y se trata de granos de excelente calidad, es mejor que los de origen instantáneo con agregados de conservantes y de azúcar.

    El café no se recomienda en pacientes que sufren de intestino irritable, acidez y de úlcera gastrointestinal, debido a que es bastante irritante de la mucosa gástrica, además, en altas dosis, puede generar insomnio, cefaleas, efecto laxante e hipertensión arterial, entre otras complicaciones. Por lo tanto, hay que tener cuidado en personas con antecedentes.

    Entre sus beneficios, sobresalen su efecto antioxidante y antinflamatorio por su concentración de flavonoides, obviamente, si va acompañado por un estilo de vida saludable.

    Por otra parte, no tendría un efecto vascular favorable, aunque sí sus flavonoides. Un estudio que compara el efecto arterial tras la ingesta de dos tazas de café versus dos tazas de café descafeinado, este último posee efecto vasodilatador a causa de estas sustancias y no por la cafeína. Según este mismo estudio, un café preparado al estilo griego o turco, filtrado y puro, tendría efectos beneficiosos a nivel vascular. En un trabajo reciente, doble ciego, sobre el uso de café a dosis moderadas, su efecto cardiovascular resultó levemente beneficioso.

    Por lo tanto, hay factores positivos y negativos en el café, depende mucho de la dosis, la calidad y la forma de preparación.

    En líneas generales, el café, especialmente el molido por uno mismo y de buena calidad, puede proteger frente a ciertas enfermedades crónicas siempre y cuando se mantenga una vida saludable, se realice actividad física, se respeten las horas de sueño, haya reducción del estrés, conectividad social y eliminación de tóxicos como el tabaquismo y alcoholismo. Se observó que disminuye la mortalidad a largo plazo, la incidencia de diabetes tipo 2, Parkinson, Alzheimer, cirrosis, cáncer de próstata y de hígado, y depresión en mujeres.

    Es importante la dosis recomendada de cafeína. Exagerar con esta última no es una buena idea, ya que sus efectos nocivos son taquicardia, hipertensión, acidez estomacal, efecto laxante y diurético, entre otros. La dosis diaria recomendada no debe superar las cuatro tazas o los 400 miligramos.

    Si se ingiere más de esta cantidad recomendada, pueden aparecer cuadros de migraña, insomnio, nerviosismo, irritabilidad, agitación, micción frecuente o incapacidad para controlar las micciones, malestar estomacal, taquicardia y temblor muscular.

  • Covid-19 y diabetes

    Durante el encuentro anual de la Asociación Europea para el Estudio de Diabetes se presentó evidencia del impacto que el nuevo coronavirus tiene en las personas con diabetes. En la Argentina, esta enfermedad es la comorbilidad más frecuente en fallecidos por Covid-19 menores de 60 años.

    La enfermedad por Covid 19 fue definida como pandemia por la Organización Mundial de la Salud el 11 de marzo del 2020. En un largo semestre, la medicina está aprendiendo sobre la marcha.

    En nuestro país se hace cada vez más difícil hacer respetar el aislamiento social, que es lo más concreto que tenemos en prevenir contagios. Las personas con afecciones médicas preexistentes como la diabetes, han mostrado ser más vulnerables a la infección por Covid, y por ello se las incluye entre los grupos de riesgo.

    Reportes epidemiológicos internacionales arrojan que en la población general, el 85% de los que se infecten serán asintomáticos o con síntomas leves y el 15% desarrollaran enfermedad y la tercera parte de ellos formas graves.

    Por otro lado, en la práctica médica personal estamos viendo aparición de diabetes en el contexto de enfermarse por Covid, lo que sugiere su agresión directa al páncreas por mecanismos que se están dilucidando.

    La revista The Lancet Diabetes & Endocrinology publicó en su ultima edición una encuesta realizada en Reino Unido, que reportó que el 30% de las muertes debidas al Covid, ocurrió en personas con diabetes y los niveles altos de glucosa en sangre se asociaron a malos resultados. Aquellos con diabetes tipo 1 tenían un riesgo de muerte casi tres veces mayor y aquellas con diabetes tipo 2 casi dos veces mayor de evolución fatal. Datos similares fueron aportados en el congreso europeo de diabetes en septiembre.

    En nuestro país, la revista Argentina de Salud Pública, en su edición del 4 de agosto y en base a los primeros 116.974 casos presentó que la hipertensión arterial fue la comorbilidad más informada en casos confirmados de Covid (15,8%) y en fallecidos de más de 60 años (58,7%) .Mientras que, en fallecidos menores a los 60 años, la comorbilidad más frecuente fue la diabetes. Tres de cada diez (29,9%) de los muertos “jóvenes” por Covid tenían esta enfermedad.

    Cuando las personas con diabetes desarrollan enfermedad por Covid, se vio mejor pronóstico en aquellos que tenían valores satisfactorios y estables de glucosa en sangre.

    El 12,7 % de las personas mayores de 18 años en Argentina tiene diabetes. Ante esto, desde el ámbito laboral, tanto público como privado, es imperativo respetar las pautas legislativas vigentes, garantizar en idénticos ámbitos la oportuna provisión de medicamentos e insumos.

    Sabemos que un mejor estado metabólico minimiza que la infección se convierta en enfermedad por Covid 19 y que en caso de enfermarse tenga mejor evolución. Un desafío para la persona y la sociedad que la contiene.

    Algunas recomendaciones especiales para las personas con diabetes que se plasmaron en las consideraciones la Task force de desastres de la Federación Internacional de diabetes para Sur y Centro América: cumplir estrictamente las recomendaciones médicas, que incluyen saber cuando concurrir a instituciones hospitalarias o convocar a servicios de salud; asegurarse de tener, a tiempo, suficientes medicamentos e insumos; estar conectados con asociaciones dedicadas al cuidado de la diabetes y personas con idéntica condición ante demoras o problemas logísticos en la provisión habitual; tener a mano productos azucarados para afrontar hipoglucemias; estar atentos y acatar las recomendaciones que emanen de las autoridades competentes.

  • Las bebidas azucaradas reducen la posibilidad de prevenir enfermedades cardiovasculares

    Una nueva investigación, realizada por la Universidad CEU San Pablo y publicada en la revista Molecular Nutrition and Food Research, revela cómo la fructosa influye en la producción de sulfuro de hidrógeno, que ejerce como agente protector contra patologías cardiovasculares.

    La ingesta de fructosa afecta la producción de sulfuro de hidrógeno, H2S, una molécula que ejerce en el organismo un papel protector contra el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

    “Resultó muy llamativo descubrir que el consumo de fructosa en el agua de bebida tan solo durante 21 días consigue disminuir claramente la síntesis en el hígado de sulfuro de hidrógeno. Y más teniendo en cuenta que el hígado es el principal productor de dicho gasotransmisor en el organismo”, apunta Carlos Bocos, líder del trabajo.

    “Sorprendentemente, dicha disminución de la capacidad del hígado en producir esta molécula beneficiosa era más evidente en los descendientes de madres que tomaron fructosa durante la gestación, mientras que la reducción era menos drástica en los hijos procedentes de madres que habían tomado glucosa o agua sin aditivos durante la gestación”, señala Bocos.

    El estudio, realizado en ratas embarazadas, demostró que según el tipo de carbohidrato ingerido durante la gestación, la respuesta de la descendencia al consumo de fructosa era distinta. Este aditivo se utiliza hoy para edulcorar multitud de alimentos procesados y de refrescos azucarados.

    El consumo excesivo de estos productos, y por tanto de fructosa, se ha relacionado con la aparición de enfermedades como la obesidad, la diabetes, e incluso enfermedades cardiovasculares o el síndrome metabólico. Además, se sabe que la alimentación de la madre durante la gestación repercute en la salud de la descendencia una vez adulta, a través de un proceso conocido como programación fetal.

    De hecho, como señala Bocos, en estudios anteriores ya se vio cómo “el consumo materno de fructosa incide negativamente en la descendencia y esta resulta más propensa al desarrollo de enfermedades metabólicas que los descendientes de madres que no consumieron fructosa u otro tipo de azúcar, como la glucosa”. A pesar de esto, el consumo elevado de alimentos ricos en fructosa no está desaconsejado en el embarazo.

    Implicaciones clínicas

    El H2S o sulfuro de hidrógeno es una molécula gaseosa, del grupo de los denominados gasotransmisores, con efectos muy diversos. Junto con el monóxido de carbono o el óxido nítrico que son también gasotrasmisores, ha mostrado claros efectos beneficiosos como agentes protectores contra enfermedades como la diabetes o la obesidad.

    Como explica Bocos, “puede mejorar la acción de la insulina en los tejidos y así combatir la diabetes; disminuir la acumulación hepática de grasa y el estrés oxidativo y así paliar el síndrome metabólico; relajar el endotelio vascular y reducir la inflamación o la agregación plaquetaria e impedir que se desarrolle el proceso aterogénico que desembocaría en una enfermedad cardiovascular; incluso, se ha descrito que tiene capacidad de reducir la presión arterial”.

    “El hecho de que el consumo de alimentos o refrescos ricos en fructosa reduzca la síntesis de H2S tiene unas claras e importantes implicaciones clínicas. Y más en la actualidad, ya que se ha comprobado que dichas enfermedades agravan la severidad de la covid-19”, detalla Bocos. Por ello, los investigadores recomiendan “disminuir en la dieta los alimentos que contengan fructosa, mediante un consumo preferente de comidas y bebidas de origen natural frente al de comidas procesadas, bollería industrial y refrescos azucarados”.

  • Las personas que viven cerca de industrias contaminantes tienen un mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal

    Investigadores del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) en el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, han investigado si el hecho de residir cerca de industrias contaminantes podría tener una influencia en la frecuencia del cáncer colorrectal.

    Los resultados del estudio, publicado recientemente en Environment International, sugieren un incremento del riesgo de este tipo de cáncer en personas que viven cerca de determinadas industrias.

    Aunque el cáncer colorrectal es el tercer tumor maligno más frecuente en hombres y el segundo en mujeres a nivel mundial, los factores de riesgo modificables conocidos, como son el elevado consumo de carnes rojas y procesadas, tabaco, consumo excesivo de alcohol, obesidad o sedentarismo, explicarían en torno al 45-58% de los casos observados. Por tanto, los investigadores apuntan la posibilidad de que puedan existir otros factores que serían responsables de la variación restante.

    “La proximidad residencial a instalaciones industriales que emiten sustancias tóxicas al medio ambiente y generan residuos peligrosos podría ser una fuente potencial de exposición a carcinógenos reconocidos y sospechosos relacionados con un incremento en el riesgo de cáncer colorrectal” afirma Marina Pollán, directora científica del CIBERESP y una de las coordinadoras del estudio.

    En esta investigación, participaron 557 personas con cáncer colorrectal (casos) y 2948 personas sanas (controles) de 11 provincias españolas, a las que se les proporcionó un cuestionario epidemiológico que incluía información sobre historia personal, familiar, residencial y laboral. Por otro lado, los datos sobre contaminación industrial se obtuvieron del Registro Estatal de Emisiones Contaminantes, que incluyó información sobre cantidades de emisiones de contaminantes y localización geográfica de 134 instalaciones industriales ubicadas en las zonas de estudio.

    Para evaluar el exceso de riesgo en el entorno de las industrias se geocodificaron los domicilios de los participantes del estudio y las instalaciones industriales, y se calculó la distancia entre ellos. Finalmente, se comparó si existía una mayor proporción de casos de cáncer colorrectal frente a controles sanos en las áreas próximas a industrias (entre 1 km y 3 km) que en la zona de referencia (3 km) donde no existía ningún foco industrial cerca.

    Los resultados mostraron un exceso de riesgo en el conjunto de todas las industrias, que osciló entre un 26% (para un radio de 3 km) y un 103% (para un radio de 1 km), y las industrias que emitieron contaminantes al aire mostraron un mayor riesgo que aquellas que sólo emitieron contaminantes al agua. En particular, se detectaron asociaciones significativas entre riesgo de cáncer colorrectal y proximidad residencial a: industrias del metal (producción/tratamiento de metales y tratamiento de superficies metálicas y plásticas), instalaciones de fabricación de vidrio y fibras minerales, industria química (producción de químicos orgánicos e inorgánicos), instalaciones de fabricación de alimentos y bebidas e instalaciones de tratamiento de superficies con disolventes orgánicos; e industrias emisoras de determinados carcinógenos reconocidos y sospechosos (arsénico, cadmio, cromo, níquel, diclorometano, plomo, material particulado PM10 y partículas totales en suspensión) y otras sustancias tóxicas (antimonio, cobre, manganeso, compuestos organoestánicos, vanadio, zinc, naftaleno, compuestos orgánicos volátiles distintos del metano y nonilfenol).

    Los autores del estudio, liderados por Javier García-Pérez y Marina Pollán, recalcan que al interpretar los resultados es importante tener en cuenta que la distancia a las industrias es solamente una medida “aproximada” de exposición, que podría no reflejar de forma adecuada la exposición real. “Nuestro trabajo pone de manifiesto un exceso de riesgo en el entorno de estas instalaciones y aunque algunos de los resultados obtenidos son coherentes con estudios realizados en el laboratorio, son necesarios estudios adicionales que afinen en la medida de exposición a la hora de extraer conclusiones. El estudio supone un primer paso en un área de gran interés y difícil de abordar en estudios epidemiológicos”, señalan los investigadores.

  • Nutrición en la vejez: consejos para mantenerse saludable

    Cuando nos hacemos mayores se producen modificaciones fisiológicas que afectan, en gran medida, a la nutrición en la vejez. Principalmente, en lo que se refiere a la salud oral, se genera una disminución del flujo de saliva, lo que origina sequedad en la boca y pérdida de piezas dentales, que disminuye la eficiencia en la masticación. Por otra parte, también son comunes los cambios en el aparato digestivo, como la disminución de la capacidad de absorción de nutrientes o la disfagia o dificultad para tragar los alimentos.

    La osteoporosis también es frecuente en esta etapa de la vida, sobre todo en las mujeres. La formación ósea requiere de la ingesta diaria de proteínas, calcio, fósforo, magnesio y flúor. Por ello es muy recomendable tomar lácteos como leche, yogur y algunos quesos.

    Otro problema de salud frecuente en la vejez es el estreñimiento. Este puede mejorar aumentando el consumo de agua, con el uso de aceite de oliva para aliñar los platos y con la ingesta de alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras o cereales integrales.

    Laura González, nutricionista española, recomienda para estos casos en particular mantener una alimentación variada y equilibrada para asegurar un óptimo aporte de nutrientes y adaptar la energía suministrada al menor gasto energético que conlleva el envejecimiento y la reducción de la actividad física.

    “Los cambios fisiológicos que hemos comentado originan, en numerosas ocasiones, una modificación de la dieta habitual. Por ejemplo, el abandono o la disminución de consumo de alimentos proteicos, principalmente las carnes, por la dificultad en la masticación, contribuye a la pérdida de masa muscular y aumenta el riesgo de anemia a causa del déficit de hierro y de vitamina B-12”, explica la nutricionista.

    En general, las personas mayores necesitan una dieta de alta densidad de nutrientes lo más variada y equilibrada posible para garantizar que cubra todas sus necesidades, ya que aunque las necesidades energéticas disminuyen, aumentan las de vitaminas y minerales.

    “Tenemos que tener especial cuidado con el consumo de vitaminas del complejo B -como la cianamida, el ácido fólico, la vitamina B12, la vitamina C, el calcio, el hierro y las proteínas-, a fin de evitar carencias, ya que son los nutrientes en los que suele haber más deficiencias a esas edades”, añade la especialista.

    Nutrición en la vejez: Consejos para seguir una dieta saludable

    Estos son los consejos de Laura González para seguir una dieta saludable en la vejez:

    1. A la hora de elegir hidratos de carbono es preferible escoger cereales que sean integrales y legumbres, ya que proporcionan más fibra, vitaminas del grupo B y minerales.
    2. Es importante optar por las preparaciones asadas y hervidas, sopas, guisos y purés, antes que las fritas.
    3. En cuanto a las carnes, es importante eliminar la grasa visible antes de prepararlas (quitar la piel del pollo y las partes grasosas de las carnes) y consumir pescado tres veces a la semana.
    4. Por último, cuidado con el consumo de sal. Lo ideal es que sea bajo o moderado a fin de ayudar a mantener una presión arterial normal.

    La hidratación, muy importante en esta etapa

    Con la edad, la sensación de sed disminuye y, por tanto, aumenta el riesgo de deshidratación. Por eso es muy importante beber agua a intervalos regulares, aun sin tener sed. Estos son los consejos de la nutricionista:

    1. Beber agua en las comidas.
    2. Disminuir el consumo de bebidas como café o té porque alteran el sueño y, por lo general, en esta etapa de la vida se tiende a reducir las horas de sueño continuo. Se pueden elegir otro tipo de infusiones o café descafeinado.
    3. Si se toman bebidas alcohólicas, disminuir su consumo a no más de una copa de vino tinto al día. Debemos recordar que el alcohol modifica el efecto de los medicamentos.
  • El cambio que hace “curable” un cáncer de pulmón mayoritariamente letal

    Un equipo de investigadores españoles ha descubierto que la administración de quimio-inmunoterapia antes de operar un cáncer de pulmón aumenta de una forma significativa la tasa de supervivencia de los pacientes; un cambio que vuelve “curables” tumores que en su mayoría son “letales” en la actualidad

    La investigación, que según sus autores es pionera a nivel mundial, arroja resultados en supervivencia que duplican los obtenidos hasta ahora con el tratamiento tradicional para tratar ese tipo de tumores.

    El estudio se ha centrado en los pacientes con cáncer de pulmón en estadios intermedios, aquellos que pueden ser operados, pero en los que el tumor ya se ha diseminado a ganglios circundantes.

    “Estamos hablando de volver curables tumores potencial y mayoritariamente letales”, ha afirmado el doctor Mariano Provencio, presidente del Grupo e investigador principal.

    El estudio ha arrojado datos muy esperanzadores para este tipo de pacientes: el 89,9% de los pacientes incluidos en el estudio sobrevivió a los dos años y un 77% no tuvo progresión de la enfermedad en este periodo. Además, un 63,4% de los pacientes incluidos tuvo una respuesta patológica completa del tumor cuando se realizó la cirugía.

    “Estas tasas suponen casi el doble de supervivencia de lo registrado hasta ahora con el abordaje tradicional. Esto es importante porque sólo un 30 por ciento de los pacientes sobrevivía a los tres años”, ha precisado el presidente del GECP.

    El estudio también ha evaluado la seguridad de este esquema de tratamiento y los investigadores han concluido que es seguro.

    “Los efectos secundarios del tratamiento sólo se dieron en el 30 por ciento de los pacientes y no interfirieron en la cirugía posterior”, ha explicado Mariano Provencio.

    Los investigadores consideran además que esta estrategia proporciona protección al paciente ya que la presencia de la masa tumoral completa al inicio de la inmunoterapia permite la inducción de una respuesta antitumoral adaptativa más fuerte y el desarrollo temprano de la memoria inmune que puede proporcionar protección a largo plazo al paciente.

    Sin embargo los especialistas han resaltado que el cáncer de pulmón, pese a diagnosticarse en estadios localmente avanzados, es una enfermedad “terminal”, con pocas perspectivas de supervivencia a largo plazo.

    Mariano Provencio ha subrayado que “las investigaciones hasta ahora se habían focalizado en fases avanzadas del tumor, por lo que en los últimos 20 años no había habido ningún avance”. “Este estudio es la primera investigación a nivel mundial que ha analizado los beneficios (viabilidad, seguridad, eficacia y supervivencia) de administrar quimio-innumoterapia antes de cirugía a pacientes con cáncer de pulmón en estadios iniciales o localmente avanzados”, ha destacado Provencio.

    Y ha recordado que hasta ahora no se había testado la eficacia de este tratamiento y los pronósticos de supervivencia y curación en este grupo de pacientes (el 20% de todos los casos) “eran muy pobres”.

  • El intercambio genético, clave para la adaptación al cambio climático

    El cambio climático está provocando que cada vez más poblaciones experimenten condiciones ambientales al límite de su capacidad de supervivencia. El impacto que esto puede tener sobre las poblaciones está estrechamente relacionado con el lugar donde se encuentran, lo que en ecología se conoce como rango de distribución y en donde se distinguen dos zonas: centrales y marginales. Las zonas centrales son aquéllas donde las condiciones ambientales son presumiblemente óptimas para la especie, mientas que en las marginales se dan condiciones ambientales más severas.

    El estudio liderado por el área de Biodiversidad y Conservación de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), en colaboración con el área de Ecología de la Universidad de Alcalá y el Grupo de Ecotoxicología de la Contaminación del Aire del CIEMAT, ha tenido como objetivo evaluar el efecto del flujo de genes entre poblaciones que habitan zonas centrales y marginales y la capacidad de adaptación de unas y otras. Además, ha valorado si dichas adaptaciones pueden resultar valiosas para la supervivencia de la especie frente al cambio climático. Los resultados revelan el potencial adaptativo de las poblaciones que habitan áreas marginales.

    “Nuestros resultados muestran que el flujo de genes entre poblaciones marginales proporciona un mayor éxito de germinación y supervivencia para las poblaciones marginales al aumentar la diversidad genética y proporcionar alelos favorables y/o combinaciones genéticas con capacidad de adaptarse en tales áreas”, explica Javier Morente López, investigador de la URJC y primer autor del estudio. “Además, los resultados también destacan la elevada capacidad de adaptación de las poblaciones marginales, ya que éstas mostraron mejor comportamiento tanto en áreas óptimas como marginales”.

    Para llevar a cabo la investigación, el equipo científico ha testado experimentalmente los efectos de tres tipos diferentes de flujo de genes en poblaciones marginales de la especie Silene ciliata Pourr. (Caryophyllaceae), una especie de planta alpina mediterránea. “Para simular el flujo genético realizamos manualmente polinizaciones dentro de las propias poblaciones marginales, entre diferentes poblaciones marginales y entre poblaciones óptimas y marginales. Las semillas resultantes de estas polinizaciones fueron sembradas en zonas marginales donde se sitúan las poblaciones naturales de S. ciliata consideradas en este estudio, con el fin de conocer los efectos diferenciales de los tres tipos de flujo genético bajo las condiciones naturales que experimenta la especie”, detalla el investigador de la URJC.

    Además, el equipo ha llevado a cabo un experimento de siembra recíproca para conocer su capacidad de adaptación. Para ello, ha sembrado semillas de poblaciones naturales óptimas y marginales en un ambiente contrario al suyo. Con este ensayo, los científicos pudieron medir la tasa de germinación de las semillas y evaluar la supervivencia de los primeros brotes.

    La investigación pone de manifiesto la utilidad de las poblaciones marginales como fuente de genes para otras poblaciones de la misma especie que sean incapaces de adaptarse a unas condiciones ambientales marginales generadas por el cambio climático, aumentando las posibilidades de que una especie sobreviva y se adapte con éxito al cambio climático. “Nuestros resultados sugieren que el valor adaptativo de las poblaciones marginales puede ser de gran relevancia en un contexto de cambio climático”, apunta Javier Morente López. “Por ello, las poblaciones marginales también poseen un elevado valor de conservación”.

  • Identifican la causa genética de un tipo de infertilidad femenina

    Un grupo de investigación del Centro de Investigación del Cáncer, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Salamanca (CIC-CSIC-USAL), dirigido por el investigador del CSIC Alberto M. Pendás ha identificado en una familia afectada de insuficiencia ovárica primaria una variante del gen HSF2BP como responsable causal de un tipo de infertilidad femenina.

    La infertilidad humana es un problema de salud pública que tiene una incidencia de aproximadamente un 12% entre las parejas en edad fértil a nivel mundial. Una de las principales causas de infertilidad femenina es la insuficiencia ovárica primaria, que afecta a entre el 1% y el 3% de las mujeres menores de 40 años. Gran parte de las infertilidades tienen un origen desconocido, aunque se cree que en muchos casos las causas podrían ser de origen genético.

    Para poder observar el mecanismo por el cual la mutación en el gen provoca la infertilidad, los investigadores identificaron una proteína desconocida hasta ahora, llamada BRME1, que interacciona fuertemente con la proteína HSF2BP, estabilizándola. La variante infértil humana del gen HSF2BP provoca una reducción de la expresión de la proteína BRME1, que a su vez disminuye la estabilidad de la propia proteína HSF2BP, dando lugar a defectos de la división celular meiótica durante la gestación de gametos, que finalmente provocan la insuficiencia ovárica prematura.

    “La meiosis es un tipo de división celular especializada, característica de los organismos que producen gametos, para llevar a cabo la reproducción sexual”, explica Pendás. “la meiosis es una división reduccional (dos divisiones cromosómicas consecutivas) en la que partir de una célula diploide se producen células haploides/gametos (n, espermatozoides y oocitos) gracias a un proceso denominado recombinación meiótica. Dicho proceso asegura la unión física entre los cromosomas paternos y maternos, lo que permite su ulterior separación precisa en los gametos”, añade el investigador. Como consecuencia de ello es que se produce diversidad genética. Errores que se generan en cualquiera de estos procesos dan lugar a trisomías como el síndrome de Down, abortos espontáneos o infertilidad.

    La investigadora Natalia Felipe-Medina, primera autora del trabajo, señala que “la identificación y caracterización de la proteína BRME1, así como la caracterización en profundidad de los defectos meióticos de los mutantes de HSF2BP, aportan nuevos e importantes conocimientos sobre los mecanismos moleculares que gobiernan una nueva y desconocida proteína esencial para la recombinación meiótica”.

    Para demostrar el papel de las proteínas HSF2BP y BMRE1, se han generado y estudiado ratones modificados genéticamente que llevan tanto la variante infértil humana en el gen HSF2BP como la deleción del gen HSF2BP y BRME1. De esta forma, pudieron comprobar que los ratones deficientes en el gen HSF2BP eran estériles por defectos meióticos casi idénticos a los ratones carentes del gen BRME1, mientras que los ratones humanizados con el gen HSF2BP presentaban alteraciones sutiles en la recombinación meiótica, que provocaban una disminución de su fertilidad.