Café, ¿amigo o enemigo para la salud?

Existen una serie de mitos y verdades sobre esta bebida, cuyo consumo se popularizó originalmente en el mundo árabe alrededor del siglo XV.

Mavens

Contenidos para Medios

El café es una bebida que los argentinos consumimos a diario, ya sea solo, con leche o en diferentes preparaciones.

El grano de café tiene su origen en Etiopía, pero con el pasar de los años se fue popularizando, hay plantaciones en diferentes regiones de América, especialmente, en Colombia, Perú y Brasil, entre otros. En Argentina es una bebida que se consume a diario, principalmente por la mañana. Pero, ahora bien, ¿es saludable?.

Como se sabe, el exceso del consumo de cualquier tipo de alimento o bebida genera efectos poco beneficiosos. En cuanto a lo que el café se refiere, se podría afirmar que, si se consume molido y filtrado por uno mismo, y se trata de granos de excelente calidad, es mejor que los de origen instantáneo con agregados de conservantes y de azúcar.

El café no se recomienda en pacientes que sufren de intestino irritable, acidez y de úlcera gastrointestinal, debido a que es bastante irritante de la mucosa gástrica, además, en altas dosis, puede generar insomnio, cefaleas, efecto laxante e hipertensión arterial, entre otras complicaciones. Por lo tanto, hay que tener cuidado en personas con antecedentes.

Entre sus beneficios, sobresalen su efecto antioxidante y antinflamatorio por su concentración de flavonoides, obviamente, si va acompañado por un estilo de vida saludable.

Por otra parte, no tendría un efecto vascular favorable, aunque sí sus flavonoides. Un estudio que compara el efecto arterial tras la ingesta de dos tazas de café versus dos tazas de café descafeinado, este último posee efecto vasodilatador a causa de estas sustancias y no por la cafeína. Según este mismo estudio, un café preparado al estilo griego o turco, filtrado y puro, tendría efectos beneficiosos a nivel vascular. En un trabajo reciente, doble ciego, sobre el uso de café a dosis moderadas, su efecto cardiovascular resultó levemente beneficioso.

Por lo tanto, hay factores positivos y negativos en el café, depende mucho de la dosis, la calidad y la forma de preparación.

En líneas generales, el café, especialmente el molido por uno mismo y de buena calidad, puede proteger frente a ciertas enfermedades crónicas siempre y cuando se mantenga una vida saludable, se realice actividad física, se respeten las horas de sueño, haya reducción del estrés, conectividad social y eliminación de tóxicos como el tabaquismo y alcoholismo. Se observó que disminuye la mortalidad a largo plazo, la incidencia de diabetes tipo 2, Parkinson, Alzheimer, cirrosis, cáncer de próstata y de hígado, y depresión en mujeres.

Es importante la dosis recomendada de cafeína. Exagerar con esta última no es una buena idea, ya que sus efectos nocivos son taquicardia, hipertensión, acidez estomacal, efecto laxante y diurético, entre otros. La dosis diaria recomendada no debe superar las cuatro tazas o los 400 miligramos.

Si se ingiere más de esta cantidad recomendada, pueden aparecer cuadros de migraña, insomnio, nerviosismo, irritabilidad, agitación, micción frecuente o incapacidad para controlar las micciones, malestar estomacal, taquicardia y temblor muscular.